John Gill I

John Gill era un pastor bautista que también escribía lo que estudiaba y lo presentaba tanto a su congregación como a otros grupos, para posteriormente publicarlo. Hasta el día de hoy (abril 2013), después de más de doscientos cincuenta años, mucho de lo que John Gill escribió está disponible para los que puedan leer en inglés. Hay varios sitios en Internet donde uno puede ver gratis sus comentarios sobre la Biblia completa y otros libros suyos. Y, para aquellos que aman los libros en sí, todavía hay disponibles (en inglés) su Exposición del Antiguo y Nuevo Testamento; su “Body of Divinity” (libro de teología) y “The Cause of God and Truth”, y otros.

Su nombre está asociado a estos libros perdurables, que han sido de provecho para generaciones de pastores y estudiantes de la Biblia, especialmente para aquellos que creemos en las “doctrinas de la gracia”, tal como se expresan en la Confesión bautista de fe de 1689 y las confesiones de Westminster y de Savoy.

Muchas iglesias y pastores seguimos recibiendo bendiciones de ese siervo de Dios, a quien espero que podamos conocer mejor.

Gill no escribió sus memorias. Escribió algunas cartas, pero, al parecer, la mayor parte de ellas ha desaparecido, de manera que pocas pueden citarse. No se refirió a sus experiencias en sus escritos, por lo que quienes han querido y quieren escribir de él encuentran diversas dificultades por falta de información.

En el prefacio de una edición particular de las memorias de Gill, de 1838, los publicadores dicen: El difunto Dr. John Gill fue, en varios aspectos, un individuo distinguido. Si tenemos en cuenta sus talentos, su diligencia en el uso de ellos y su progreso, la eminencia que alcanzó en la literatura oriental y clásica, o su carácter cristiano, eran tan distinguidos que uno puede sorprenderse, y con razón, de que se haya conocido tan poco de su vida y su trabajo en general.

Posteriormente, los editores presentan el documento fundamental disponible para saber de la vida de ese hombre; se trata del escrito por John Rippon, D.D. que se llama A Brief Memoir of the Life and Writings of the late Rev. John Gill, D.D. (Memorias breves de la vida y los escritos del finado Rev. John Gill D.D.). Rippon siguió a Gill a través de su pastorado en la iglesia donde Gill sirvió como pastor hasta su muerte. Rippon conoció a muchos que habían tenido contacto íntimo con Gill. Esas memorias se encuentran en el primer tomo de la Exposición del A.T. y en unas ediciones de su “Body of Divinity”, pero fueron publicadas en ese libro aparte en 1838 para el beneficio de aquellos que no tienen el primer tomo de la Exposición, y con un tipo de letra más grande.

No he encontrado una traducción de las memorias en español, y tampoco ningún escrito que presente el contenido básico de esas memorias, de manera que espero poder presentar básicamente este aspecto, con unas traducciones directas (debidamente marcadas) para el beneficio de quienes oigan esta exposición y de los que lean estos apuntes. Repito, lo que comparto procede directamente de esas memorias a menos que indique lo contrario. Espero que sirva para estimular a otros pastores y que las obras de Gill sean útiles en su ministerio.

John Gill nació el 23 de noviembre de 1697 (calendario antiguo) en Kettering, Northhamptonshire, Inglaterra.

Sus padres, Edward Gill y Elizabeth Walker Gill tenían la reputación de ser amables y serios. Por la buena providencia de Dios fueron librados tanto de la trampa de la pobreza como de la trampa de las riquezas (véase Proverbios 30:8-9). En sus circunstancias bajo el cielo, trabajando diligente y pacíficamente, con una fe genuina, pasaron sus días siendo una bendición para aquellos que los rodeaban por la disposición de Dios.

Edward Gill, padre de John, se hizo miembro de una iglesia de disidentes en aquel lugar. Esa congregación estaba formada por presbiterianos, independientes y bautistas. Además del pastor, había un anciano maestro bautista, llamado William Wallis. Este hombre impartió los bautismos por inmersión a las personas adultas entre quienes desearon bautizarse así. Pero, después de un tiempo, debido a la actitud de algunos en la iglesia, los bautistas vieron la necesidad de separarse y establecerse como una iglesia. El Sr. William Wallis sirvió como primer pastor. (Muchos años después, el Sr. Andrew Fuller sirvió como pastor en aquella iglesia en Kettering en los días de Rippon, Carey y otros.) El Sr. Edward Gill era miembro de aquella congregación y, a su tiempo, fue escogido para el oficio de diácono entre ellos. Hasta el final de sus días gozó de buen nombre por su gracia, piedad y conducta santa.

En su hijo, “con el amanecer de la razón”, se descubrió una gran capacidad para recibir instrucción. Asistió a la escuela primaria en la ciudad, con una diligencia poco común, y con una incansable solicitud, y superó rápidamente a los de su misma edad, y otros considerablemente superiores. Allí continuó hasta los once años. Durante este tiempo, a pesar de la manera tediosa en que el conocimiento gramatical se transmitía en aquel entonces, además de estudiar los libros escolares comunes, el joven dominó los principales clásicos en latín; se especializó en el griego. En ocasiones, varios de los cleros vecinos condescendieron para examinar y alentar su progreso.

En los días de mercado en la ciudad se abría la tienda de un librero al que Gill visitó constantemente. Allí consultó a diferentes autores, y, como siempre, pasó los días de mercado en aquella tienda. Entre la gente del barrio, este dicho se convirtió en una aseveración habitual que recogía aquello que consideraban cierto. Esta frase era: “tan cierto como que John Gill está en la tienda del librero”. Y, como esa misma disposición estudiosa lo asistió de por vida, aquellos que lo conocieron bien, modificaron la afirmación, diciendo: “tan cierto como que el Dr. Gill está en su oficina”.

Como los anglicanos controlaban prácticamente toda la educación superior, debido a un conflicto con quienes quisieron obligarlo a asistir a la iglesia anglicana para que pudiera seguir con sus estudios, Gill no pudo seguir con su educación formal. Por unos años trabajó con su padre, tejiendo, pero su progenitor cooperó en su educación por su propia cuenta, de manera que continuó progresando en muchos ámbitos, mediante libros que pudo obtener para estudiar, incluyendo la gramática hebrea. Leía libros en latín y griego sobre la lógica, filosofía, teología y otras cosas.

En las memorias, Rippon vuelve hacia atrás para hablar de la conversión de Gill. “A veces estaba aterrorizado por el miedo a la muerte y al Infierno, y otras veces eufórico pensando en las alegrías del Cielo; pero sus impresiones eran superficiales y temporales, hasta que alcanzó los doce años de edad. Al llegar a esta edad, las operaciones de su mente fueron más sobrias y serias, especialmente después de escuchar un sermón que predicó el Sr. William Wallis sobre Génesis 3:9: “Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿dónde estás?”.

“Por un tiempo, el texto y el tema resonaban continuamente en sus oídos, y estas preguntas estaban dirigidas a su corazón: Pecador, ¿dónde estás? ¿En qué estado y condición miserable estás? ¿Cuán miserable serás, viviendo y muriendo sin convertirte? Se sintió como llamado a comparecer ante el Juez de todos, para responder por su conducta. Tales fueron los efectos del sermón , que, de haber podido considerar a algún hombre como su padre espiritual, habría sido al Sr. Wallis. Pero ese buen hombre murió poco después.

“En ese tiempo comenzó a ver con mayor claridad la depravación de su naturaleza, la gran pecaminosidad del pecado, su necesidad del Salvador, y de una justicia mejor que la suya: la justicia de Cristo, recibida por la fe. Poco después fue favorecido con la persuasión consoladora de tener un interés en él. Ese consuelo vino mediante la aplicación a su corazón de varias promesas grandes y preciosas, por el bendito Espíritu de Dios.

“Fue, además, su suerte feliz, en aquellos primeros días, de tener su mente irradiada con la luz y el conocimiento de las doctrinas evangélicas, bajo el ministerio de varios predicadores del evangelio, que predicaban en aquellas partes del país, a los cuales, a veces, tuvo la oportunidad de escuchar. Y ya que estas verdades sublimes vinieron a él, no sólo en palabras, sino en poder, y en el Espíritu Santo, y con mucha seguridad, se sintió libre de la esclavitud de la ley, como un pacto de obras, y se llenó de alegría y paz en el creer.

“Sin embargo, a pesar de que había alcanzado cierto grado de satisfacción en su mente en cuanto a la seguridad de su estado eterno, no hizo una profesión pública de la religión hasta que tuvo casi 19 años. Al principio, esta demora se ocasionó debido a una consideración de su juventud, y la solemnidad de hacer una profesión. Después se retrasó, porque se dio cuenta de que los ojos de la iglesia estaban sobre él para llamarlo a la labor ministerial, tan pronto como fuera conveniente, y que solo esperaban que se hiciera miembro de la misma. Se sintieron aun más inclinados a esta idea, porque, en aquellos momentos, su pastor estaba muy ocupado en sus tareas temporales y necesitaba ayuda ministerial.”

El 1 de noviembre de 1716, Gill hizo profesión pública de su fe y ese mismo día fue bautizado por Thomas Wallis, hijo del difunto pastor William Wallis. Fueron muchos los que presenciaron su bautismo, por inmersión en el río, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. [Sin citar la fuente, George Ella dice que compuso un himno en aquella ocasión (incluye la letra) y que lo cantaron.]

El domingo siguiente, 4 de noviembre, fue recibido como miembro en la iglesia y participó de la Cena del Señor. Después en una reunión informal de los creyentes, Gill leyó una porción de Isaías 53 y expuso algunos de los versículos.

El domingo siguiente, 11 de noviembre, durante el servicio de la tarde, predicó un sermón sobre 1 Corintios 2:2: Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Había una señora presente que le oyó predicar ese primer sermón y 50 años después oyó también su último sermón. Después de la muerte de Gill se unió a la iglesia donde Rippon estaba sirviendo. Esa señora comentó cómo Gill había hablado con gran solemnidad, y cómo los presentes recibieron la palabra con sobriedad, amor y gozo.

Durante los años de 1717 y 1718 Gill vivió en un lugar llamado Higham-Ferrer, en la casa del pastor John Davis. Rippon dice: “…instado por algunos de sus amigos en Londres, que lo habían conocido y conversado con él en Kettering, se trasladó a Higham-Ferrers, a unos nueve o diez kilómetros de allí. A su entender, iba allí para poder estudiar con John Davis, pastor en aquel lugar, en cuya casa se quedaría como inquilino. Davis era un caballero erudito que había venido del país de Gales, y se estableció como pastor de una nueva iglesia, establecida en Higham. Los planes del joven se vieron frustrados, pero el designio de sus amigos de Londres se realizó básicamente, porque querían que pudiera asistir a esa nueva obra y ayudar a los jóvenes recién convertidos de allí, y predicar de vez en cuando en los pueblos adyacentes. Continuó allí hasta el año siguiente. Mientras tanto, conoció a una joven llamada Elizabeth Negus, miembro de la nueva iglesia, con quien se casó en 1718. Siempre pensó que su matrimonio con esta excelente persona era la razón principal por la que Dios, en su providencia, lo había enviado a ese lugar. Y es que ella era cariñosa, discreta y cuidadosa, y, por su incansable prudencia, lo libró de todos los quehaceres domésticos, de modo que pudo proseguir sus estudios y dedicarse a su trabajo ministerial sin preocupaciones y con paz mental”.

George Ella dice que a Elizabeth se la consideraba diferente a otras jóvenes, pero Gill se dio cuenta de que esa diferencia procedía de su piedad, su temor de Dios, y así se sintió atraído por ella.

Rippon continua con la historia de la pareja: “Vivieron unidos durante más de cuarenta y seis años hasta que ella murió el 10 de octubre 1764, a la edad de 68 años. El sermón el día de su funeral se imprimió, y se considera como uno de los mejores discursos funerarios que él publicó. El texto del sermón era Hebreos 11:16: Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Al final del mensaje, quiso honrarla con una nota que recogía su vida en una breve historia, desde su infancia hasta sus últimos momentos, pero parece ser que al final del sermón, por las fuertes emociones que se apoderaron de él, no fue capaz de dar esa parte. Con aquella amable mujer tuvo muchos hijos, pero todos murieron en su infancia, con excepción de tres. Elizabeth, “una niña hermosa y deseable en su persona, prudencia y gracia” murió el 30 de mayo de 1738 a los trece años de edad. Su padre predicó el sermón de su funeral, basándose en el texto de 1 Tesalonicenses 4: 13, 14. Ese sermón se imprimió junto con un emotivo recordatorio de parte de su experiencia. María, que era un miembro de la iglesia de su padre, se casó con el Sr. George Keith, un librero de la calle Gracechurch, y murió en enero de 1773. John era orfebre y vivió muchos años en la misma calle, hasta que, retirado de los negocios se mudó a Walworth, a unos dos kilómetros de Londres, donde murió el 22 de mayo de 1804, a los 78 años de edad. Ambos niños proporcionaban gran felicidad a sus padres y la familia siempre tuvo razones para estar agradecida a Dios por su confort doméstico, la paz y la armonía.”

Mientras ayudaba en Kettering, algunos pastores lograron conseguirle ayuda económica de un fondo establecido para casos como el suyo. Le dieron ese dinero para que pudiera continuar con sus estudios y servir en el ministerio. Trabajó en Kettering durante gran parte del año 1718 —1719, pero en 1719 le invitaron en ocasiones a predicar en la capilla en Goat Yard en Horselydown, Calle Fair, Southwark, como a un kilómetro y medio del Puente de Londres.

La iglesia de Horselydown tenía fama entre los bautistas. Durante muchos años estuvo pastoreada por Benjamin Keach (1640—1704), un hombre que apoyó la confesión de fe hecha por los bautistas en 1643 y luego firmó la confesión de 1677, publicada en 1689. Keach era un líder reconocido; entre otras cosas, fue célebre por haber fomentado el que se cantasen himnos entre los bautistas. Después de Keach, su yerno Benjamin Stinton sirvió como pastor en la misma iglesia hasta su muerte en 1718. En 1719, la iglesia seguía buscando pastor. Habían oído hablar de John Gill, y le invitaron a predicar varias veces. En septiembre de aquel año lo llamaron como pastor. Todavía no había cumplido 22 años. Gill creyó que era la voluntad de Dios y aceptó, pero algunos hombres de la iglesia no estaban de acuerdo y a la larga la iglesia se dividió. Gill no fue ordenado hasta marzo del año siguiente.

El Señor bendijo la predicación y el ministerio de Gill y la iglesia creció y prosperó espiritualmente durante los 51 años de su ministerio. Había bautismos con regularidad y la iglesia no menguó hasta los últimos dos años de su vida, cuando Gill ya no pudo predicar y cuidar la iglesia como antes.

En 1721, al principio de su ministerio, Gill reorganizó el alcance pastoral y evangélico de la iglesia, asegurándose de que todos se cuidaran los unos a los otros.

Durante el año 1723, cuando Gill tenía 25 años, padeció numerosas enfermedades, incluida una fiebre severa que amenazó su vida. En medio de esas grandes pruebas, Jesucristo se manifestó más precioso que nunca y después de eso, en el año 1724, comenzó a predicar sobre el Cantar de cantares. Predicó 122 sermones sobre dicho libro, y acabó publicando un comentario aparte sobre el mismo. Por supuesto, tanto para Gill, como para muchos otros, el tema del Cantar de los Cantares es Jesucristo y ningún otro, y su relación con su iglesia, al estilo del Salmo 45 que también habla del Hijo de Dios.

En ese año de 1724, se publica por primera vez algo escrito por él: un sermón sobre Romanos 5:20, 21 con ocasión de la muerte de John Smith, un diácono de su iglesia.

Al año siguiente (1725), publicó una obra: El Urim y Tumim encontrado con Cristo, de Deuteronomio 33:8.

Gill siempre fue bautista. Aunque se le ha reconocido como un gran erudito y su comentario es valioso. Es muy posible que no tenga el reconocimiento que podría haber tenido si hubiera sido un “paidobautista”. Algunos le dijeron que si publicaba libros sobre ciertas doctrinas, podría perder el apoyo económico de algunos, pero Gill amaba la verdad más que el dinero o la fama y defendió la verdad sobre el bautismo bíblico hasta el fin. La defendió de buena manera y por eso siempre contaba con amigos anglicanos evangélicos, presbiterianos e independientes. En 1726, publicó “La manera antigua de bautizar con agua”, en respuesta a una publicación contra los bautistas: La manera antigua de bautizar con agua, aclarado por la Palabra de Dios y la razón correcta. El año siguiente continuó el debate con Una defensa de la antigua manera, etc. Quizás su libro más famoso sobre el bautismo sea el titulado El bautismo de bebés, parte y columna del papismo. También examinó el tema del bautismo de prosélitos entre los judíos que algunos antibautistas querían usar para justificar el bautismo de bebés. Después de aquello, Gill descubrió y publicó que solo una persona ignorante o con grandes prejuicios trataría de defender una posición antibautista abogando la práctica tardía de tales bautismos de prosélitos.

En 1728, publicó su Exposición del Cantar de los Cantares. Entre las demás publicaciones de ese año encontramos: Las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías consideradas y demostradas que son cumplidas literalmente en Jesús.

Aunque era joven, Gill fue grandemente apreciado por hombres de otras iglesias, incluyendo a pastores. Varios de ellos deseaban oírle regularmente sin tener que faltar a los cultos de adoración en sus propias iglesias. Unos caballeros formaron una sociedad y buscaban “suscripciones” para poder llevar a cabo reuniones con él. Consiguieron un sitio donde reunirse en un sector de Londres llamado Great Eastcheap. Comenzando en 1728, a los 30 años de edad, casi todos los miércoles por la tarde y durante 26 años, Gill dio conferencias en aquel lugar. Mucho de ese material también fue publicado, por ejemplo, su tratado sobre la Trinidad, la Justificación, 2 partes de La causa de Dios y la verdad; algunas partes de su Exposición de la Biblia.

En 1730, unos líderes evangélicos preocupados por las herejías que entraban en las iglesias, por la decadencia de la enseñanza de la sana doctrina en muchos lugares y por los ataques contra la fe cristiana, organizaron una serie de conferencias para defender la fe. Invitaron a nueve ministros fieles de varias iglesias a participar y asignaron los temas que cada uno enseñaría. Gill y otro hermano bautista fueron invitados para representar a los bautistas. A Gill le asignaron el tema “La resurrección de los muertos”. Posteriormente, todas las conferencias fueron publicadas en un par de tomos llamados “Lime Street Lectures”.

Gill continuó su ministerio de predicación y de publicaciones, porque muchos lo instaron, lo animaron y aun le solicitaron que escribiera sobre temas doctrinales que estaban siendo atacados, o que necesitaban ser presentados de una manera clara y convincente.

El 31 de diciembre de 1737 predicó un sermón importante, La Doctrina de la Gracia librada del Cargo de libertinaje.

En 1737—1739 publicó varios folletos defendiendo a los bautistas del ataque de S. Bourne, un presbiteriano.

El 30 de mayo de 1738, muere su hija Elizabeth Gill, de trece años. Su padre predicó en su funeral sobre 1 Tesalonicenses 4:13,14

En 1746, se publicó el primer volumen de su Exposición de todo el Nuevo Testamento. El segundo en 1747 y el tercero en 1748. En ese mismo año, algunos tomaron nota del valor de su exposición y, como consecuencia, Gill recibió un diploma del Marischal College de la Universidad de Aberdeen, reconociéndolo como Doctor en Teología, por su conocimiento de las Escrituras, lenguas orientales y las antigüedades de los judíos. Cuando los diáconos de la iglesia se dieron cuenta de ese honor, felicitaron a Gill, y él les dio las gracias añadiendo: “No lo pensé ni lo compré, ni lo busqué” (en inglés: I neither thought it, nor bought it, nor sought it.)

Gill siguió con sus tareas pastorales mientras fue aumentando el número de publicaciones. En 1749 escribió un tratado llamado “El rito divino del bautismo de bebés examinado y refutado”. En 1751 aparecieron varias publicaciones.

El 15 de marzo de 1752, Gill se encontraba en su cuarto de estudio cuando, a causa de unos vientos violentos, unas chimeneas cayeron sobre su casa, pero Dios lo protegió de la muerte. En ese año publicó su folleto sobre “La doctrina de la perseverancia final de los santos”.

En 1753 publicó un folleto titulado Anti-“paidobautismo”, (contra el bautismo de los bebés). En 1755, el Dr. Gill publicó Obras del Dr. Crisp, tras escribir una breve Memoria de la vida del doctor y aprovechando la oportunidad de exonerarse a sí mismo de la acusación de “antinomianismo”.

El 24 de marzo de 1756, el Dr. Gill predicó su sermón de despedida a los que se reunían los miércoles por la tarde; su texto fue: Hechos 26:22,23. Deseaba dedicar su tiempo a terminar la exposición de todo el Antiguo Testamento.

En 1757, dedicó una nueva capilla en Carter Lane, calle San Olave, cerca del puente de Londres, y predicó dos sermones sobre Éxodo 20:24, que se publicaron como “Asistencia en los lugares de culto religioso, donde se registra el nombre divino.” Según Ella, había 235 miembros cuando cambiaron de la capilla de Horselydown a Carter Lane. Esa iglesia fue la iglesia bautista más grande de Londres y se estima que Gill predicaba regularmente a más de 300 personas. Los registros de la iglesia indican que había conversiones y bautismos frecuentes (véase a Ella, páginas 62, 63).

En 1757—1758 publicó su Exposición de los Profetas, y una Exposición del Apocalipsis.

El 10 de octubre de 1764, murió la Sra. John Gill a los 68 años. Estuvieron casados durante más de 46 años.

Gill siguió trabajando. En 1767 publicó su Disertación sobre la antigüedad de la Lengua Hebrea, Letras, Vocales, Puntos y Acentos; en 1769, Cuerpo de la Divinidad doctrinal (Body of Doctrinal Divinity); y en 1770, Cuerpo de teología práctica.

El 14 de octubre de 1771, muere el Dr. John Gill alrededor de las 11:00 de la mañana, en su casa en Camberwell, Surrey, a la edad de setenta y tres años, diez meses y diez días. Le enterraron cerca de Moorfields, en la tumba familiar.

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