Descargar Audio

noble-vater033020151121Noble Vater

Doy gracias a Dios por conocer esta congregación y al Pastor Piñero. Cuando él estaba recién casado, fue enviado por la iglesia de Trinity para pasar un par de meses en Puerto Rico. Todavía me acuerdo muy bien de sus exposiciones sobre Tito cuando era joven y todavía no era pastor. Doy gracias a Dios por tantos años de amistad.

No sé si me hizo un favor esta vez al pedirme que preparase una biografía de Stephen Charnock, pero le doy gracias a Dios por la oportunidad de poder hacerlo.

Vamos a orar un momento.

Padre nuestro, Creador de todo, Soberano sobre todo, Dios y Padre de Jesucristo, no hay nadie como Tú. Nos has amado con un amor eterno. Nos has comprado, nos has llamado para Ti. Si hay algunos aquí, en este día, que no pueden dar este testimonio, que no tienen esta paz y seguridad de que son hijos Tuyos, por Tu gracia te pedimos, que aún en este día tengas misericordia de ellos, y a todos los que has traído a este lugar, acompáñanos. Yo te necesito, todos te necesitamos para que este tiempo sea un tiempo de edificación. En el Nombre de Cristo Jesús, te pido todo esto. Amén.

El pastor Eugenio Piñero me pidió que presentara una biografía del puritano Stephen Charnock como parte de esta conferencia especial que ustedes están celebrando en estos días (9-11 de septiembre de 2016).

Por un lado, me alegré cuando me habló de su deseo, porque mi primera lectura seria de los puritanos fue el libro de Charnock sobre la existencia y los atributos de Dios. La edición de Sovereign Grace Book Club, publicado por Jay Green en el año 1958, con un prefacio escrito por Gordon Clark constituyó mi primera experiencia con los puritanos. Si logro acordarme bien, conseguí ese libro en el año 1962 y leí gran parte del mismo durante ese año.

Anteriormente, además de estudiar la Biblia y cumplir con los requisitos del colegio bíblico, ya había devorado el libro de Pink sobre La soberanía de Dios. Había leído cosas de Benjamin Warfield, pero todavía no había comenzado con los llamados “puritanos”, especialmente con los escritos de muchos de aquellos dos mil hombres echados fuera de sus púlpitos en el año 1662 en Inglaterra, como John Owen y otras personas. Todavía no había leído El progreso del peregrino, porque trate de leerlo cuando tenía alrededor de ocho años y eso para mí no tenía sentido. Entonces, no quise volver hasta que, por vergüenza, cuando tenía en torno a 21 años pensé: “yo debo leer ese libro”. Eso fue algo que cautivó mi corazón. Fue totalmente diferente. Pude identificarme con ese peregrino, y lo recomiendo. Si no has leído El progreso del peregrino, espero que puedas leerlo entendiendo y e identificándote con ese peregrino. De hecho, en 1960, no había muchos libros “puritanos” disponibles. Estaba en los Estados Unidos Jay Green publicando algunos, pero fue después de que el “Estandarte de la Verdad” comenzase a publicar de nuevo a los puritanos, ahora tenemos esos tesoros disponibles de nuevo.

En aquél tiempo compré el libro de Charnock (con algunos otros, como el de Owen sobre la tentación y el pecado, Overcoming Temptation and Sin) de un estudiante que quiso vender unos cuantos libros porque estaba pasando por dificultades económicas.

Volviendo al libro de Charnock sobre los atributos de Dios—la lectura de ese libro hizo un impacto profundo en mí, por varios motivos. Primeramente, aunque tenía mucho conocimiento de Dios, porque fui criado en un hogar cristiano y de padres que creían en la Biblia, nunca había considerado tan detenidamente el Ser de Dios. Mediante esa lectura, del libro de Charnock, hubo un crecimiento en toda área importante de mi vida, porque fui llevado a contemplar a Dios como la Biblia le presenta ciertamente, pero de una manera amplia, y profunda y práctica como nunca antes lo había hecho, y pude verme a mí mismo delante de Dios, tal y como soy, con mis necesidades y debilidades. Pude ver algo de lo que el conocimiento de Dios significa en términos de la vida eterna y de mi vida delante de Él.

El Señor usó ese libro en mi vida de manera especial en mi aprendizaje, como después usaría a Owen de una manera muy práctica en mi santificación.

Por todo esto, ese primer encuentro con el libro The Existence and Attributes of God por Charnock, produjo en mi un sentimiento de gratitud a Dios Quien obró de tal manera para que ese libro llegara a mis manos y cómo Él me movió a leerlo y recibir provecho. He leído otras cosas que llevan el nombre de Charnock, pero no puedo oír el nombre de Charnock sin pensar enseguida en ese libro: La existencia y los atributos de Dios. Me imagino que eso pasa con algunos de ustedes. Oyen un nombre y siempre hay un primer pensamiento. Si oyen el nombre de Bunyan, viene a su mente El Progreso del peregrino, pero con Charnock, en mi caso, es La existencia y los atributos de Dios, y creo que también es así en el caso de muchas personas que reconocen el nombre.

Por lo tanto, debido a mi amor a ese libro y a su autor, cuando el Pastor Piñero me dijo que quería que presentara una biografía de Stephen Charnock, pensé: Está bien. Charnock es un nombre conocido. Pensé que podía encontrar bastante y buena información, pero no fue así. Me equivoqué. Descubrí que no hay mucha información disponible sobre ese hombre. Leyendo una de las personas que escribió 18 páginas en el prefacio sobre Charnock, como él dice, “Un biógrafo no puede usar la imaginación, no puede ser creativo, no puede inventar hechos”. Entonces, hay que hacer otras cosas. Yo voy a hablar de Charnock, pero quiero decirles desde ahora, que no hay mucha información disponible sobre su vida.

Por ejemplo, no hay mención en ninguna parte de su esposa ni de sus hijos. Más bien parece que nunca se casó. Vivió solamente 52 ó 53 años y murió (1628-1680).

Después de ver cuán poca información pude descubrir, pensé que aunque sepamos poco, debemos dar gracias a Dios por ese hombre, porque Dios le usó para darnos unos escritos sumamente útiles. También, debemos dar gracias a Dios por sus amigos que publicaron sus manuscritos después de su muerte, porque según la información que hay disponible, nada de lo que él escribió o que lleva el nombre de Charnock fue publicado durante su vida excepto un sermón sobre “La pecaminosidad y sanidad de los pensamientos” (A Discourse of the Sinfulness and Cure of Thoughts). (Este sermón fue incluido en el tomo 2 de los 6 tomos de “Puritan Sermons”.) Todos los demás libros fueron publicados después de su muerte. Gracias a Dios él entregó todos sus manuscritos, ¡y hay muchos manuscritos!.

Tuvo unos amigos llamados Adams y Viel, quienes perseveraron por durante años y años editando, preparando esos escritos, hasta que se publicó la primera edición de nueve tomos escritos por Charnock, pero luego lo redujeron a cinco tomos y solamente son esos los que están publicados de nuevo en nuestros días.

Los apuntes que hago aquí son están basados mayormente en un ensayo de un hombre llamado William Symington—no sé nada más de él—que fue publicado en el prefacio de una edición de las obras de puritanos ingleses hecha en el año 1846 (unos 166 años después de la muerte de Charnock). Una de las fuentes más antiguas, sino la más antigua sobre Charnock, se llama The Nonconformist´s Memorial. Son memorias de los 2000 ministros que fueron echados fuera de sus púlpitos el Domingo 24 de agosto 1662 cuando el rey Carlos regresó a Inglaterra. 2000 hombres que no fueron declarados como personas no conformistas tuvieron que abandonar sus ministerios. Entonces, dos hombres llamados Edmund Calamy y Samuel Palmer hicieron el proyecto de averiguar más sobre la vida y los escritos de esos 2000 hombres. Symington tuvo que depender básicamente de lo que ellos escribieron en el sermón del funeral de Charnock predicado por John Johnston. Leeré lo que él dijo:

Symington comienza su escrito con frases tomadas de Proverbios 10:7, “La memoria del justo es bendita, pero el nombre del impío se pudrirá” (LBLA), y del Salmo 112:6, “Porque nunca será sacudido; para siempre será recordado el justo” (LBLA). Por eso, dice que debemos hacer esfuerzos para apuntar y transmitir las virtudes y obras de aquellos que son dignos de imitar en la tierra. Cada generación puede acordarse de sus amados amigos, pero para los que vivimos después dependemos de las memorias de otros, y especialmente de las biografías y obras que han quedado escritas donde podemos conocer a los siervos del Señor y ser edificados por su trabajo escrito.
lue
Después de presentar estos argumentos en defensa de las biografías de los santos y el beneficio que nos aportan cuando nos acercamos a ellas, veamos lo que se comenta públicamente sobre los puritanos (según “Google” y las observaciones de Noble Vater, con correcciones hechas por otros):

Podemos preguntarnos si alguna vez hubo un grupo de hombres cuya historia era más digna de ser preservada y transmitida que la de los teólogos no conformistas del Siglo XVII. Eran hombres de talento indudable, de erudición extraordinaria, de logros prodigiosos tanto en la teología como en la ciencia en general, de principios inflexibles, de actividad incansable, y de devoción sublime. Sería como un escándalo para nosotros mismos y un daño para los Siglos posteriores, si permitimos que se olvide su memoria. Si hay vidas que deben escapar del olvido de la tumba, son las de aquellos hombres. Sus descendientes no han sido del todo insensibles a esta obligación. Hay muchos memoriales (literarios) existentes de sus obras y de sus sufrimientos, de sus sacrificios y de su valor. Algunos son más y otros menos amplios, pero todos repletos de recuerdos agradables de los logros más nobles y con la fragancia del perfume de las más excelentes gracias cristianas. Tenemos una deuda de gratitud, en particular, a Calamy y Palmer*,

Ellos fueron los que dije que investigaron sobre los 2000 hombres no conformistas. De ahí que él afirme que estamos en deuda de gratitud con ellos…

por sus laboriosas investigaciones en este campo, y por los materiales valiosos que han recogido. En algunos casos nos han dado retratos de todo el cuerpo, todas las características aparecen, y los tonos más diminutos destacados con precisión en los detalles más delicados. En otros casos solamente han producido miniaturas humildes, o bocetos en meros trazos cortos. En muchos casos pudieron suministrar sus nombres y poco más; su historia y carácter han sido irremediablemente perdidos, por falta de una atención más oportuna para asegurar su permanencia en el futuro.

Desafortunadamente, el ser humano cuya vida y carácter nos ocupa ahora, es uno de los cuales tenemos poca información. Todo lo que podemos encontrar está recogido en algunas colecciones donde ocupa unas pocas páginas y nada más. Después de tantos años no es posible aportar mucho más. El deber del biógrafo es de tal naturaleza que se excluye por completo el ejercicio de la facultad creativa. Por eso, la única opción es recurrir a los trabajos de otros, cualesquiera que éstos pueden haber sido. Podemos decir con toda sinceridad, que no hemos escatimado esfuerzos en consultar todas las fuentes conocidas o presumibles de información a nuestro alcance. El resultado lo ponemos a los pies de nuestros lectores, con la esperanza de que nos van a dar toda la credibilidad por haber hecho cuando estaba a nuestro alcance para equiparlos con el conocimiento de uno de los más útiles y capacitados teólogos puritanos: un hombre, cuya excelencia general, logros teológicos y piedad ferviente, le da derecho a ser respetado y recordado como uno de los grandes y buenos hombres de Dios.

*(Véase The Nonconformist´s Memorial, una obra magna de las vidas, sufrimientos y material impreso de los 2000 ministros expulsados de Inglaterra en 1662)

De manera que con la poca de información, podemos avanzar en lo siguiente:

Stephen Charnock, B. D., [bachillerato en divinidades] nació en el año 1628, en una parroquia de Londres. Su padre, el Sr. Richard Charnock, trabajó como abogado en un Tribunal de ‘Chancery’. Era descendiente de una familia de cierta antigüedad en Lancashire. Stephen, después de un curso de estudios preparatorios, entró como estudiante en el Emmanuel College, Cambridge, donde fue puesto bajo la tutela inmediata del célebre Dr. William Sancroft, que posteriormente fue Arzobispo de Canterbury.

Esa es la posición más alta en la Iglesia de Inglaterra, donde su maestro estuvo trabajando.

Hay muchas razones para creer que las universidades raras veces sirven como las cunas espirituales de los jóvenes que asisten a ellas.

¿No es cierto que eso es lo que ustedes piensan cuando envían a sus hijos a estudiar? Tiemblan, porque no saben lo que va a pasar en la universidad, y generalmente ninguna universidad le hace bien a los jóvenes.

..pero en el caso Stephen Charnock fue diferente. El Espíritu Soberano, que obra dónde y cómo quiere, había determinado que este joven, envuelto en sus primeros estudios, debía experimentar ese esencial cambio de corazón que, además de darle una medida de paz personal, produjo una influencia saludable en todas sus futuras investigaciones, santificando de ahí en adelante el conocimiento adquirido, y preparándole para ser eminentemente útil en la vida de miles de sus semejantes. Debido a este suceso importantísimo, provocado por ese nuevo nacimiento, podemos, seguramente, atribuir la eminencia que adquirió, tanto a nivel de predicador como de teólogo, que posteriormente alcanzó. Por eso, él tenía un estímulo para sus esfuerzos, un motivo para la aplicación decidida y constante, que de otro modo no hubiera existido.

Probablemente Charnock era un adolescente de trece o catorce años, porque él fue a estudiar a la universidad cuando era muy joven.

Después de salir de la Universidad, pasó algún tiempo con una familia, no sabemos si como instructor o con el propósito de prepararse mejor para el desempeño de las funciones solemnes y difíciles de la vida pública, en la que estaba a punto de entrar.

Dice Symington también:

Poco después de esto, la guerra civil estalló en Inglaterra (1642)…

La guerra civil comenzó en el año 1642, cuando el parlamento se opuso al rey, y hubo unos años de guerra donde combatieron las fuerzas armadas del parlamento bajo Oliver Cromwell, contra las fuerzas del rey, hasta que el rey perdió su vida en el año 1647. Entonces, hubo un tiempo cuando los protestantes florecieron de muchas maneras hasta que Cromwell murió y trajeron de nuevo al hijo del rey que había sido decapitado, y de ahí en adelante hubo tiempos de mucha opresión contra los no conformistas. Tenían que someterse a la Iglesia de Inglaterra o no predicar.

Al inicio de ese tiempo, Charnock, que todavía tenía como 15, 16, 17 años, joven…

comenzó sus labores oficiales como ministro del evangelio de la paz, en algún lugar de Southwark (Londres). Parece que no permaneció por mucho tiempo en esa situación; pero aun así su ministerio allí no quedó sin fruto….

Hubo unas conversiones donde él estuvo trabajando. Luego:

En 1649, Charnock se fue de Southwark a Oxford, donde, debido al favor de unos hombres del parlamento con autoridad, obtuvo una beca en el New College; y, poco después, como consecuencia de su propio trabajo, ganó el grado de Master of Arts. Sus dones singulares, y esfuerzos incansables, atrajeron la atención y obtuvieron la aprobación de los miembros eruditos y piadosos de la Universidad, de manera que, en 1652, fue elevado a la posición del ‘Senior Proctor’ [ defensor de los exámenes estudiantiles]. Continuó en ese oficio hasta 1656,

Todavía no tenía 30 años cuando había hecho todo eso. El llevó a cabo

..las funciones de ese oficio de un modo que honró su nombre y benefició a la comunidad.

Cuando terminó ese período, se fue a Irlanda, donde residió con la familia del Sr. Henry Cromwell, quien había sido nombrado por su padre, el Protector [de Inglaterra], del gobierno de ese país. (Es notable que muchos teólogos eminentes, de Inglaterra y de Escocia, estuvieron por algún tiempo en Irlanda, ya sea como capellanes del ejército o como refugiados de la persecución debida a la intolerancia religiosa.) Charnock parece haber ido allí en calidad de capellán del gobernador, un oficio que, en su caso, demostró no ser “sinecura”.

¿Conocen la palabra ‘sinecura’? Yo tuve que buscarla en el diccionario. Sinecura es una posición donde alguien tiene un cargo y el salario, pero no hace casi nada, mientras que el resto de personal trabaja. Parece que había unos capellanes que estaban así, su oficio era sinecura. Otros preparaban la predicación, pero en el caso de Charnock se nos dice que no era así.

Durante su residencia en Dublín, parece que trabajó en su ministerio con gran regularidad y celo. Predicó, se nos dice, cada día del Señor, con mucha aceptación, a un público compuesto de personas de diferentes denominaciones religiosas, y de distintas clases sociales.

En aquel tiempo su memoria era tan lúcida que no predicaba con notas. Leí en una parte sobre las cosas que se decían sobre él.

Su talento y valor atrajeron a los miembros de otras iglesias, y su relación con la familia del gobernador aseguró la asistencia de personas de rango.

Es decir, que querían complacer al gobernador y por esa causa fueron a escuchar a su capellán.

Por la asistencia de esas personas de rango sus predicaciones fueron grandemente estimadas y loadas; y esperamos que algunos de ellos también fueran bendecidos. Con todo, muchos de ellos quienes no reconocieron su piedad, y tampoco cosecharon los beneficios salvadores de su predicación, no pudieron sino admirar su conocimiento y sus dones. Procurando ser un “ejemplo al rebaño,” y “caminar dentro de su casa con un corazón perfecto”, sus cualidades, tanto públicas como privadas, y sus apariciones [comparencias], ya sea en el púlpito o en el círculo de la familia, lograron la estima de todos los que tuvieron el privilegio de conocerle. Se cree que el grado honorífico de Bachiller en Teología, que tuvo, fue el regalo de Trinity College, en Dublín, conferido durante su residencia en esa ciudad.

La restauración del rey Carlos, en 1660, puso fin al ministerio de Charnock en Irlanda..

El rey Carlos no quiso tener nada que ver con el nombre de Cromwell, de manera que el capellán de Cromwell no debía albergar ninguna esperanza de permanecer en el gobierno del rey Carlos, lo cual supuso el fin de su ministerio..

e hizo imposible que continuara ministrando en otro lugar durante muchos años. Ese acontecimiento produjo un resurgir del poder arbitrario, y trajo, como consecuencia natural, el desalojo de muchos de los ministros más santos que jamás hayan vivido. Entre ellos estaba el excelente personaje de quien estamos hablando ahora. En consecuencia, aunque en su regreso a Inglaterra, fijó su residencia en Londres, no se le permitió ocupar ningún cargo pastoral allí. Sin embargo, continuó en sus estudios con ardor, y en ocasiones usó sus dones de manera privada durante quince años, tiempo durante el cual hizo algunas visitas al Continente, sobre todo a Francia y Holanda.

No he encontrado a nadie que pueda decir lo que hizo en Francia, ni lo que hizo en Holanda en medio de sus visitas. Algunos opinan que estaba envuelto en algún complot y fue allí para escapar de las investigaciones. Esas son opiniones que he leído. Parece que, además de sus otros estudios, Charnock había estudiado medicina. Algunos creen que hizo trabajos de doctor de medicina durante esos 15 años cuando no pudo predicar ni enseñar públicamente.

Otra cosa que mencionan es que Charnock perdió su biblioteca en el gran fuego de la ciudad de Londres en el año 1666, pero a pesar de esa pérdida, continuó estudiando, siempre las Sagradas Escrituras. Sin tener concordancias, mucho menos algo parecido a los programas de software de la Biblia, como tenemos hoy día, Charnock hizo referencia a versículos e incidentes de todas las partes de la Biblia continuamente en todo aquello que escribió; y uno puede notar como él tiene referencias bíblicas en todos sus escritos. Además, por lo menos en el libro sobre La existencia y atributos de Dios y también aún en el sermón sobre la pecaminosidad, hay palabras en hebreo y griego halladas en el texto, además de frases en latín. Charnock fue considerado un perito en hebreo y griego.

Volviendo a citar a Symington:

Por fin, en 1675, cuando las restricciones del gobierno fueron menguadas, aceptó una llamada de una congregación en la Plaza Crosby [o Crosby Square], para servir como co-pastor con Thomas Watson, el ministro expulsado de St. Stephen, Walbrook. El Sr. Watson era un teólogo presbiteriano eminente, y fue un instrumento en el establecimiento de una iglesia cristiana, que bajo el ministerio del Dr. Grosvenor, llegó a ser una de las más florecientes en la ciudad, tanto en número como en riqueza. Quizá será interesante insertar aquí unas notas breves sobre el lugar de culto que esa congregación ocupaba, siendo el lugar de los trabajos realizadas por Charnock durante una parte principal de su ministerio, y donde terminó su carrera oficial.

Para ustedes que han leído cosas del puritano Watson, es mucho más fácil que leer a Charnock. Unos cuantos de los libros de Watson han sido traducidos al español, y valen la pena leerlos. En aquel tiempo, Watson y Charnock trabajaron juntos durante cinco años, hasta la muerte de Charnock, allí en esa congregación.

El lugar en el cual esta congregación presbiteriana humilde se reunía era una sala grande de Crosby House, una mansión antigua en el lado este de la calle Bishopsgate, erigida en 1470 por Sir John Crosby, Sheriff y regidor de Londres. Después de pasar por las manos de varios propietarios, así como, entre otros, Ricardo III, quien la vio como apta para ser una residencia real. Cerca del año 1640, llegó a ser la propiedad de Sir John Langham, un presbiteriano firme y leal al rey. Un incendio calamitoso hizo tanto daño al edificio, que no fue considerado como apto para una residencia de la familia; pero la sala, reconocida por su magnífico techo de madera de roble, afortunadamente había escapado del incendio, y fue convertida en una casa de reunión para la congregación del señor Watson.

Probablemente, aunque ese hombre era presbiteriano, como siempre había apoyado al rey, disfrutaba de cierto favor real, y pudo dedicar parte de su propiedad como un lugar de reunión para esa iglesia presbiteriana, donde Watson estaba predicando y luego donde Charnock se unió con él en el ministerio….

El Sr. Symington dice:

Después de decir tanto sobre el edificio, una o dos palabras con respecto a la congregación que se reunió durante años bajo su techo abovedado, no pueden ser consideradas como algo inapropiado.

Aquí Symington escribió mucho más que “una o dos palabras” sobre esa iglesia. No es “inapropiado” pero casi todo trata de cómo esa iglesia prosperó durante muchos años después de Watson, aunque desapareció en el año 1769, cuando la congregación entregó ese lugar a sus dueños. Es interesante lo que escribe, pero decidí que no era necesario meterlo en este estudio.

Dice Symington:

Después de esa digresión volvamos, para apuntar la última circunstancia necesaria para completar este breve esbozo. La muerte de Charnock ocurrió el 27 de julio de 1680, cuando estaba en el quincuagésimo tercer año de su edad. Los datos que han llegado hasta nosotros de este evento, al igual que los de las otras partes de su historia, son escasos, sin embargo, nos autorizan a afirmar que murió en un estado de ánimo conforme a su excelente carácter y vida santa. Estuvo ocupado, en aquellos tiempos [antes de su muerte], en presentar a su pueblo, en Crosby Hall, esa serie de discursos sobre la existencia y atributos de Dios, sobre el cual descansa principalmente su fama como escritor. Los oyentes y amigos pudieron ver el intenso interés que tenía en las materias de que trataba, y ese interés era considerado como una indicación de que estaba acercándose a ese estado en el que iba a ser “lleno de toda la plenitud de Dios.” No pocas veces le oyeron dar expresión a un anhelo ferviente de esa región por la cual evidentemente estaba ya bien preparado. Como es natural, estas circunstancias fueron consideradas como pruebas de que su poderosa mente, aunque todavía en la tierra, había comenzado a “despojarse de su mortalidad”, y fue madurando rápidamente para el paraíso de Dios.

Su muerte le sobrevino en la casa del Sr. Richard Tymns, en la parroquia de Whitechapel, Londres, y por eso se puede inferir que su partida fue repentina. El cuerpo fue llevado inmediatamente después a la casa de las reuniones en la Plaza Crosby, en la cual había servido en sus oraciones y predicación. De allí, acompañado por una larga fila de dolientes, fue llevado a la iglesia de San Miguel, Cornhill, donde fue depositado cerca de la torre de la campaña. El sermón fúnebre fue predicado por su amigo de muchos años y compañero de estudios en Cambridge, el Sr. John Johnson, tomando su texto de estas palabras que eran apropiadas: “Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre.” (Mateo 13:43.)

Este un resumen de los hechos, de los cuales tenemos conocimiento, en cuanto a la vida de este gran hombre. Es cierto, no hay sorprendentes sucesos e incidentes espectaculares en la narrativa, que son cosas que atraen la atención de la multitud, y que son tan gratificantes para los que están en busca de la emoción más que de la edificación.

Después el autor nos dice que podemos sacar mucho beneficio del estudio de una vida “ordinaria”, porque la mayoría de nosotros somos “ordinarios” y así podemos relacionarnos con otros que son como nosotros.

Luego el autor examina el carácter de Charnock, comenzando con sus cualidades mentales. Obviamente tenía una buena mente.

Después habla de sus cualidades morales – y esto es mucho más importante. Él fue un hombre que sirvió al Señor Jesucristo. (Colosenses 3:23-24.)

Parece que era un hombre tranquilo, no muy sociable en la opinión de muchos. Tenía grandes poderes de concentración. Dicen que andaba caminando por las calles como si no hubiera nada, perdido en sus pensamientos, orando, meditando, y como diríamos, despistado. Así era Charnock.

“Si hubiera pasado menos tiempo en sus estudios, no hubiera sido tan estimado en el púlpito” (palabras de uno de los editores de sus obras).

Todos mencionan que debió de haber sido un golpe fuerte perder su biblioteca en el año 1666, pero no se encuentra nada de queja en sus escritos. Él aceptó la providencia de Dios en su vida.

Como predicador, parece que la gente le escuchaba con mucho interés.

Mencioné que en su juventud tenía la reputación de predicar sin notas, pero en su vejez, parece que hubo un momento cuando perdió la memoria. Todos nosotros llegamos a esos momentos, si el Señor nos da vida. Ya yo he llegado, y tengo mis notas aquí. Él estaba tan inseguro aparentemente, que estaba leyendo—y además tenía problemas con la vista— por lo que estaba allí con su lupa leyendo. Aparentemente no era fácil escuchar a Charnock en su vejez; pero en su juventud, especialmente en Irlanda, muchos le escuchaban atentamente. Aun cuando era muy joven algunos fueron convertidos.

Sus sermones eran prácticos, evangélicos, también se dice de ellos que estaban “rociados con la sangre de Cristo”. Él quería que la gente conociera a Jesús en su predicación.

Como les dije, hay cinco tomos de sermones, porque aún La existencia y atributos de Dios fue dado en una serie de sermones, los cuales son largos y extensos. A Charnock lo conocemos especialmente como autor.

Hay una traducción del prefacio que Gordon Clark escribió para la edición de The Existence and Attributes of God (1958).

Cito algunas de las cosas que Clark escribió:

La vida de Stephen Charnock (1628-1680), en contraste con la turbulencia de Inglaterra a mediados del Siglo XVII, no tuvo apenas incidentes. La ocurrencia de un evento, sin embargo, aseguró su reputación como adherente a los principios del evangelio, porque, aunque no fue apresado como John Bunyan, sí que fue uno de los ministros expulsados bajo la Restauración inquisidora de Carlos II.

Esto es lo que dice Clark: era un evangélico, un no conformista.

Él también tuvo un cargo de joven en Southwark; siendo un auxiliar y luego procurador en Oxford (1649-1656); fue a Dublín como capellán del gobierno; y en 1675, cuando las restricciones a los ministros reformados se suavizó un poco, él aceptó un llamado a Crosby Square, donde permaneció hasta su muerte.

Como hacía un uso responsable de su tiempo, además de la predicación de sermones cuidadosamente preparados, se hizo evidente su formación teológica con la publicación póstuma de sus manuscritos, de los cuales Discourses upon the Existence and Attributes of God [Discursos acerca de la Existencia y los Atributos de Dios] es el más famoso…

Los puritanos son conocidos por escribir abundantemente. Nuestra impaciencia nos pone un espejo frente a ellos, y nos desacredita. En nuestra agitada época, la práctica de la meditación no es popular; y nuestros estándares educacionales han reemplazado a los volúmenes sólidos por pequeños libros de cómics. Incluso el Sr. Defensor de la Verdad [Valiant for the Truth], que en el Siglo XX está ocupado batallando por la Expiación y la Resurrección frente a los modernistas y neo-ortodoxos en las iglesias [¿quién podría condenarlo por tan necesaria actividad?], con dificultad tiene tiempo para pensar en la gloria divina y reflexionar acerca de la naturaleza de Dios.

Pero cuando, inesperadamente, la esencia y los atributos de Dios son cuestionados, ¿a quién podemos acudir mejor que a Stephen Charnock?…

Algunos cristianos devotos y enérgicos consideran esas preguntas sin importancia y una pérdida de tiempo. Campañas evangelísticas, trabajo personal, viajes misioneros, comunidades de jóvenes, y espectaculares servicios a la puesta del sol deberían, dicen ellos, ocupar toda nuestra energía. La teología es un valle de huesos secos en el cual el Espíritu nunca sopla: deja a la docena de cristianos muertos con sus libros muertos. Nosotros viviremos abundantemente [dicen ellos].

Con relación a esa queja podemos decir que Stephen Charnock, aunque no fue un John Wesley ni un Billy Graham, cumplió fielmente aquellas responsabilidades pastorales que todos admitimos que deben ser practicadas y necesarias. En verdad fue este cuidado por las almas lo que motivó este estudio. Si un ministro del evangelio debe presentar a las personas a su Señor, el Dios Trino, evidentemente él debe conocer al Señor. Mientras más profundo, rico y extensivo sea ese conocimiento, es mejor. … ¿Entonces cuál es la naturaleza, la esencia, los atributos de Dios? Charnock quiere que sus lectores tengan familiaridad con Dios…

(https://reformadoreformandome.wordpress.com/2012/09/13/sobre-charnock-y-el-estudio-de-los-atributos-de-dios/)

Mencionamos antes que todos sus escritos, menos uno (Sinfulness and cure of thoughts), fueron publicados después de su muerte.

No sabemos mucho de él, pero por sus escritos mantenemos ese contacto con él.
Hace muchos años leí un ensayo, no me acuerdo ahora ni el nombre del autor, pero me gustó mucho, porque el autor dice que casi todos nosotros consideramos un honor el reunirnos con personas de la alta sociedad: el gobernador o el presidente o el rey, quien sea. Tenemos una tendencia de jactarnos de las personas que conocemos cuando son personas conocidas. El autor de ese ensayo dice que tenemos la oportunidad de comunicarnos con reyes y filósofos y poderosos. ¿Cómo? Tenemos los libros de ellos. Una persona puede leer sus pensamientos, leer sus exposiciones. Entonces, debemos dar gracias a Dios.

Yo puedo conocer a Charnock; ustedes pueden conocer a Charnock. No personalmente, pero por medio de sus escritos. ¿Qué pensaba él; cómo manejaba la Biblia?

La verdad es que en mi caso, cuando era muy joven todavía, pero con el deseo de servir al Señor en el ministerio, observé cuán cuidadosamente Charnock trató los textos principales sobre los cuales sacó la doctrina, con cuidado y de manera atractiva. Su formato fue el de tener un texto, y dar una breve exposición del mismo. Luego dice, “De este texto se desprende esta doctrina”. Entonces expone la doctrina con sus razones y termina con su uso.

Éxodo 15:11 adquirió un poder inolvidable para mí. Hay algunos versículos de la Biblia que nunca puedo leer sin pensar en Charnock.

Éxodo 15:11, “¿Quién como tú entre los dioses, oh Señor? ¿Quién como tú, majestuoso en santidad, temible en las alabanzas, haciendo maravillas?”

Ese es el texto que Charnock usa para hablar de la Santidad de Dios. “Majestuoso en Santidad”. Charnock, expuso en ese artículo que, para mí fue probablemente lo que más me impactó, una de las razones mas importantes: “Si hay alguna excelencia o atributo que está por encima de los demás [y eso en un sentido no puede ser] será la Santidad de Dios”. Por ejemplo, Dios muestra su misericordia a quien quiere, pero Dios siempre es Santo. La Biblia no dice amor, amor, amor. Dice Santo, Santo, Santo. Entonces, cuando él comienza a hablar y enfatizar cuán importante es la Santidad de Dios le obliga a uno a pensar: “¿Y qué soy yo?” Ese Dios santo dice, “Sed santos porque Yo Soy Santo”.

Eso fue una tremenda experiencia para mí. Hasta el día de hoy estas cosas se quedan dentro de mi, han formado parte del ministerio durante 50 años. Yo no sé cuando llegó a ser esa convicción parte de mi ser, como hombre y como pastor. Y no estoy solo en esta apreciación: usted lee lo que Arthur Pink escribió sobre los atributos de Dios, una lectura fantástica y más fácil que Charnock, pero Pink cita a Charnock. J.E. Packer cita a Charnock en Knowing God, El conocimiento de Dios. Cualquier persona que ha escrito algo que vale la pena leer sobre los atributos de Dios, lo más probable es que haya leído a Charnock, y si no lo ha leído quizá debería sentir vergüenza por no haberlo hecho, porque ese libro es realmente valioso.

Vuelvo y digo: hay versículos que siempre asocio con Charnock. Vamos a ver algunos.

Salmo 90:1-2, “Señor, tú has sido un refugio para nosotros de generación en generación. Antes que los montes fueran engendrados, y nacieran la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios”. Ese fue el texto de su discurso sobre la eternidad de Dios.

Salmo 103:19, “El Señor ha establecido su trono en los cielos, y su reino domina sobre todo”. Ese texto es de la Soberanía de Dios. “Su reino domina sobre todo”.

Salmo 147:5, “Grande es nuestro Señor, y muy poderoso; su entendimiento es infinito”. (Discurso sobre el conocimiento de Dios.)

Jeremías 23:23-24, “¿Soy yo un Dios de cerca—declara el Señor—y no un Dios de lejos? ¿Podrá alguno esconderse en escondites de modo que yo no lo vea?—declara el Señor. ¿No lleno yo los cielos y la tierra? —declara el Señor”. (Texto sobre la Omnipresencia de Dios.)

Uno que es quizá importante para mi, junto con Éxodo 15:11 es Job 26. Probablemente yo no había leído mucho el libro de Job. Charnock comienza a explicar lo que está pasando aquí, como Bildad había atacado a Dios y le había dicho que Dios es poderoso. Entonces Job básicamente dice, “Mira, Bildad, yo sé que Dios es poderoso. Yo también puedo darte a ti un seminario sobre el poder de Dios”. Él escribe cosas del poder de Dios, y después de hablar de cosas grandes que Dios ha hecho llega al versículo 14 y dice, “He aquí, estos son los bordes de sus caminos; ¡y cuán leve es la palabra que de Él oímos!” La versión de las Américas es más literal. A mí me gusta la RV60 aquí. “Cuán leve el susurro que oímos de Él”. La idea en el hebreo es como un susurro de palabras, es como algo que apenas percibimos. “¡Cuán leve es la palabra que de Él oímos! Pero su potente trueno, ¿quién lo puede comprender?” “Trueno” representa el poder de Dios. “Su poder, ¿quién lo puede entender?” De ahí Charnock comienza a hablarnos del gran poder de Dios.

Bueno, por lo menos para mí era una tremenda experiencia tener este libro, leer sus exposiciones, leer su doctrina, leer su uso, ver como los puritanos enseñaron, cuán importante era para ellos la aplicación y que la doctrina no es algo que simplemente entra por el oír. ¡Tiene que ser algo que afecta todo nuestro ser!

“La Palabra de Dios es útil para enseñar y para redargüir y para corregir y para instruir y disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea preparado enteramente para toda buena obra”.

Por eso, en mi caso, cada vez que oigo el nombre de Charnock pienso en ese libro, pienso en la existencia y los atributos de Dios. Pienso especialmente en la santidad, en la bondad, en el poder, en aquellas cosas que Dios usó en mí juventud para hacerme bien.

Hermano Piñero, aunque no haya mucha información sobre Charnock, doy gracias a Dios porque he tenido la oportunidad de repasar estas cosas y pensar nuevamente en cuán bueno ha sido Dios conmigo en permitirme tener algo como esto. Espero que sea así con todos ustedes.

Pueden dar gracias porque cualquier provecho que han recibido de Pink o de Packer o de otros, es porque Dios puso a hombres como estos en la tierra también. Recomiendo el estudio de ese libro a los que puedan leerlo en Inglés. No es fácil. Los que quieren estudiar lo que la Biblia enseña sobre este gran YO SOY que nosotros adoramos será por medio de Cristo Jesús.

Vamos a orar.

Te bendecimos, Señor, por Tus obras maravillosas, por los maestros que diste, que has dado y que sigues dando a Tu Iglesia. Te damos gracias por este hombre Charnock a quien podemos conocer mediante sus escritos. Te pedimos que podamos estimarte como aparentemente él te estimó, que podamos adorarte y meditar en Ti, andar contigo. Ayúdanos, te suplicamos, en el nombre de Cristo Jesús. Amén.

______________
Línea de tiempo

1628         Nacimiento en Londres.
¿    ?          Padre: Richard Charnock, abogado
¿    ?          Estudió en “Emmanuel College”, Cambridge
¿    ?          Maestro: William Sancroft (luego arzobispo de Canterbury)
¿    ?          Convertido durante su tiempo de estudios en Emmanuel
1642         Ministro en Southwark. No por mucho tiempo, pero hubo fruto.
1649         Se mudó a Oxford. Recibió Maestría en Artes.
1652-56   “Senior Proctor” (Supervisor de exámenes) en Oxford
1657          Vivió con la familia de Henry Cromwell en Irlanda. ¿Capellán?
1660         Por la restauración de la monarquía, su ministerio finalizó.
1662         Por no conformarse a la imposición legal, le fue prohibido predicar
1662-75   Estudió, viajó a Francia y a Holanda
1675         Llamado a Crosby Square como co-pastor con Thomas Watson
1680        El 27 de julio, murió. Sermón del funeral por John Johnson

© Copyright | Derechos Reservados