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Isaac Backus: apuntes sobre su vida

(Toda la información de este documento ha sido tomada del libro A Memoir of the Life and Times of the Rev. Isaac Backus, A.M. by Alvah Hovey (1858) 1991 reprint by Gano Books, Harrisonburg, VA.)

Linaje:

Abuelos paternos

Joseph Backus: oficial del pueblo de Norwich CT, miembro activo en su iglesia

Su esposa: una mujer piadosa. Tuvo una larga vida. Isaac la honró como abuela.

Abuelos maternos

John Tracy: eminente por su piedad. Murió en 1726 (Isaac tenía 2 años)

Padres (casados el 18 de enero de 1716):

Samuel Backus (1693-1740). Agricultor. No se convirtió hasta 1736.

Elizabeth Tracy (1698-17nn?). En 1721 “por la gracia de Dios (fue) hecha un miembro vivo de la familia de la fe”. Una mujer de gran piedad.

En Octubre de 1752, fue encarcelada durante 13 días por no haber pagado las contribuciones (para sostener al pastor del pueblo), según consta en una carta enviada de ella a su hijo con fecha de 4 de noviembre, 1752 (AH, pág. 28-29)

Nacimiento y educación.

Nació en Norwich, Connecticut, el 9 de enero de 1724.

Hovey comenta que muchos cristianos de la antigüedad no solían referir nada sobre su historia personal antes de ser nuevas criaturas, contando ese tiempo anterior como algo de poco valor porque estaban muertos en delitos y pecados. Backus asume también esa posición. No sabemos casi nada de él antes de su conversión.

Ya en su vejez escribió que sus padres y abuelos eran miembros de la primera iglesia de Norwich (congregacionalista) y que criaron a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor (véase Efesios 6:4). Dice, “Fui bien educado en la religión cristiana y también en los principios de la libertad civil” (AH, pág. 31).

En cuanto a su educación, fue básica, lo que el pueblo pudo proveer. Parece que aprovechó bien el tiempo y aprendió leer y a escribir dominando la lengua inglesa de aquel lugar, pero no tuvo la oportunidad de seguir adelante con estudios universitarios.

No cabe duda que después de su conversión, o quizá antes, amaba la lectura y llegó a ser un buen estudiante con mucho entendimiento (AH, 31-32).

Su conversión durante el “Gran Avivamiento” (1741)

Fue convertido durante ese tiempo que llamamos el “Gran Avivamiento” que comenzó en 1734. Asociamos los nombres de Jonathan Edwards y George Whitefield (quien llegó a Nueva Inglaterra en septiembre de 1740) y los Tennant y otros con esta época. Antes de esa obra de Dios había un deterioro y declive severo en la práctica de la piedad. Era así también en Norwich, el pueblo de Backus.

En 1741, mediante la predicación de un pastor llamado Wheelock así como otros que visitaron ese lugar, el Señor obró poderosamente tanto para la conversión de pecadores como para avivar el celo de santos que estaban decaídos.

Tenemos el testimonio de Backus (AH, 37-40): ”Esa obra (de Dios)”, dice el Sr. Backus, “era tan poderosa, y la gente en general eran tan ignorante que tenían poco control de sus emociones. Muchos gritaban y caían al suelo en las reuniones. Pero (yo) tenía tanto conocimiento doctrinal, que nunca fui abrumado y vencido de esa manera. [Nota de NDV).

Las manifestaciones físicas durante el Gran Avivamiento provocaron mucha discusión y confusión, hasta tropiezo para algunos (por no decir para muchos). Jonathan Edwards escribió un libro sobre el avivamiento y presentó este tema en su contexto. En suma, Edwards no negó que una persona podría gritar y caer al convertirse genuinamente, pero dijo que aquellas cosas en sí no son pruebas de la conversión. Esas cosas pueden manifestarse sin una conversión verdadera. En el caso de una conversión genuina habrá una transformación de vida y una evidencia del fruto del Espíritu, no importa si hay gritos y caídas o no.] Tampoco podía hacer caso omiso de mi preocupación y postergarla, como lo había hecho antes, esperando un tiempo más conveniente. No. A pesar de que estaba en buen estado de salud, vi que no tenía ningún derecho de vivir debido a mi pecado, y que Dios tenía derecho a quitarme la vida en un momento. Vi también que Él ahora me había dado la oportunidad de arrepentirme y volver a Él, y que, si la descuidara, estaría perdido por toda la eternidad. El tiempo desapareció de mi visión y una vasta eternidad estaba claramente delante de mí, sin ninguna esperanza de tener otro día de gracia, si no aprovechara bien el tiempo y descuidase mi responsabilidad.

Esta convicción me movió al uso serio de todos los medios, públicos o privados, a mi alcance, para que obtuviera un buen corazón para poder venir a Cristo. Porque toda la sana doctrina, que había recibido por la bondad de Dios, no había producido en mí ideas mejores que esta: una buena disposición de ánimo era necesario para venir a Cristo para obtener la salvación.[Nota de NDV: esta idea es una trampa para muchos hasta el día de hoy.

Hay que aprender lo que significa “Tal como soy…” ] Pero todo tipo de predicación que despertase mi conciencia y que ahora oía, y todos los libros que leí, estaban tan lejos de producir dicha disposición, que mi corazón parecía peor cada día; y vi las semillas de todos los males del mundo en mí. Mientras que otros estaban gritando y postrándose en angustia, me sentí como una bestia estúpida delante de Dios; y nada era más terrible para mí que el miedo a perder mis convicciones y ser dejado por Dios para tener un corazón duro y una mente reprobada; porque yo creía plenamente que ahora era mi único tiempo para obtener la salvación y que nunca tendría otro día de gracia. Tampoco podría soportar la posibilidad de ser engañado con una falsa esperanza. Cuando un ministro habló una vez sobre un caso como el mío, y luego dijo a sus oyentes: “Si esto es tu caso, no te desanimes, pero mira a ver si Dios no aparece rápidamente en tu ayuda”, lo cual me llevaba poderosamente a desechar mi preocupación y esperar para recibir ayuda. Pero todo esto apareció claramente como algo que vino del adversario, y aumentó mi angustia. También, hubo una mañana cuando estas palabras vinieron a mi mente como con una voz audible: “No estás lejos del reino de los cielos.” Pero mi alma se alarmó por eso, por el temor de estar contento con algo menos que con una unión con Cristo, y esta alarma me hizo clamar a Él en busca de ayuda.

“En el principio del mes de agosto, el Sr. James Davenport llegó a Norwich, donde fue recibido por los doctores Wheelock y Pomeroy, y durante tres días sin cesar se llevaron a cabo unas reuniones. Las personas que asistieron se vieron afectadas en gran medida y había esperanza de que muchos se hubieran convertido, mientras que en mi caso me puse peor y peor según mi propio punto de vista. La predicación poderosa, y la visión de muchos en una situación de angustia o alegría, mientras yo seguía como un pecador endurecido, causaron tanta inquietud en mi que no puedo expresarlo con palabras. Sin embargo, por este medio Dios me mostró la plaga de mi propio corazón y la locura de buscar la vida por mis propias obras. Mis lágrimas se secaron, y no pude encontrar nada bueno en mí. En lugar de esto me sentí inclinado a pelear con la soberanía y la justicia de Dios, y la libertad de su gracia, una gracia tan libre que no estaba obligado a tener piedad de mí, tomando en cuenta todas mis obras. El ver estas corrupciones aumentó mi angustia y me llenó de confusión ante Dios. Y como yo creía que esto era mi última oportunidad, y mis convicciones aparentemente iban amenguando, y la obra de Dios disminuyendo entre nosotros, ¡cuán horrible pareció mi caso! Pero los pensamientos de Dios son más altos que nuestros pensamientos como los cielos sobre la tierra; porque de esa manera Él me apartó de toda la confianza en mí mismo o en cualquier criatura, y me llevó a abrazar la salvación a su propia manera.

”(Yo) estaba segando solo en el campo, el 24 de agosto de 1741, cuando toda mi vida pasada apareció claramente delante de mí, y vi que estaba lleno de pecado. Fui y me senté a la sombra de un árbol, donde percibí que mis oraciones y lágrimas, mi escuchar de la Palabra de Dios y mis esfuerzos para tener un corazón mejor, con todas mis otras obras, nunca podrían hacerme mejor, no importa cuánto tiempo viviera. La justicia divina apareció claramente apuntando a mi condenación, y vi que Dios tenía el derecho de hacer conmigo todo lo que quisiera. Entonces mi alma dejó todo en sus manos, se postró a sus pies, y se quedó en silencio y calma delante de Él. Y mientras me sentaba allí, pude ver, por la luz divina, la perfecta justicia de Cristo y dándome libertad y la riqueza de su gracia, con tanta claridad, que mi alma fue traída a confiar en Él para salvación. Y me maravillé que otros también no vinieran a Él, que es Quien tiene suficiente gracia para todos. La Palabra de Dios y las promesas de su gracia aparecieron más firme que una roca, y me quedé asombrado de mi incredulidad anterior. Mi carga pesada se había ido, los temores que me atormentaron huyeron, y mi gozo fue indescriptible.

“Sin embargo, este cambio era tan diferente a las ideas que tenía antes sobre la conversión, que durante más de dos días no pensé que la había experimentado. Pero luego, leí un sermón que me describió los rasgos de los hijos de Dios, y yo tuve el testimonio interior de que esos rasgos habían sido hechos en mí: rasgos como un espíritu de oración, un odio al pecado, una victoria sobre el mundo, el amor a los hermanos, y amor a los enemigos. Así llegué a la conclusión de que entonces tenía el sello del Espíritu de Dios, que yo era su hijo. Nuevas ideas y disposiciones me fueron dadas; la adoración y el servicio a Dios y la obediencia a su Voluntad fueron el deleite de mi alma. Encontré más felicidad en aquellas cosas que las que nunca tuve antes en todas las vanidades del mundo; y esto he experimentado a menudo desde aquel entonces.”

1742 Se unió a la Primera Iglesia Congregacional (11 de julio).
1745 Se separó de la iglesia junto con una gran parte de la iglesia.

Todos debemos reconocer que el separarse de una iglesia y participar en una división es un asunto muy serio. Parece que muchos cristianos serios y espirituales habían buscado la reforma de esa iglesia, pero vieron que no podían hacer nada. Entre las razones dadas para llevar a cabo la separación encontramos:

1) Muchos permanecieron como miembros habituales, sin ser confrontados en cuanto a su manera de vivir, que era evidentemente contraria al Evangelio (o sea, no había disciplina en la iglesia);

2) Parte de la razón por la que había falta de disciplina es porque el pastor declaró su fuerte apoyo y aprobación a unas prácticas eclesiásticas expuestas en una “plataforma” de algunas iglesias congregacionalistas, pero esa plataforma había sido rechazada por la iglesia antes de que el pastor fuera llamado para el oficio (y él había aceptado ser pastor sabiendo que la iglesia la había rechazado);

3) Si bien muchas doctrinas verdaderas fueron predicadas, sin embargo había un descuido de la religión práctica y de sus aplicaciones que debían ser hechas con discernimiento;

4) Muchas otras cosas fueron descuidadas por el pastor, que, según dice el Sr. Backus era necesario aplicar en la Iglesia porque, “mi alma bien sabía que era la obra de Dios“;

5) El pastor tampoco era amigo de lo que fue llamado la “predicación humilde” y había utilizado su autoridad para todo lo contrario. (AH, 42-43).

A la larga había más personas en esa nueva iglesia que en la vieja y, en las reuniones políticas del pueblo, los miembros de la nueva iglesia tenían más votos que los de la otra. Votaron para no pagar la aportación económica que sostenía al ministro de la antigua iglesia, sin embargo, la Corte General de Connecticut mandó que se pagara y los que rehusaron fueron encarcelados. Por esa razón hubo más de 40 personas, hombres y mujeres que fueron encarcelados en un año (AH, 42, nota 2).

Los que saben algo de Jonathan Edwards se acordarán de cómo tuvo la misma lucha como pastor, y a la larga, por su oposición a la práctica de permitir a los incrédulos participar de la Santa Cena, fue despedido como pastor. Debido a los escritos de Edwards, muchas iglesias se separaron para tener una iglesia compuesta de verdaderos miembros santos. Estas iglesias separatistas fueron llamados despectivamente “New Lights” (“nuevas luces”), como si tuvieran nueva luz sobre la verdad. Backus admitió que a veces había contenciones y cosas muy extremistas dichas por ambos lados. Confesó que él mismo a veces había caído en ese aspecto (AH, 46).

Muchas de las iglesias separatistas (o quizá todas) enfatizaron la necesidad de tener pastores piadosos, convertidos, con discernimiento bíblico y espiritual. Para esas iglesias no era necesario que sus pastores tuvieran una educación clásica, que conocieran latín, griego y hebreo. De hecho, afirmaron que muchos de los que podían leer la Biblia en los idiomas originales no tenían nada del Espíritu Santo (aunque algunos sí, como pudieron ver en el caso de Edwards y otros).

Isaac Backus obviamente creía esto. No había estudiado la Biblia en griego, ni en hebreo ni en latín, solamente en inglés, pero estaba convencido de que Dios le había llamado a predicar, y muchos estuvieron de acuerdo. La iglesia separatista de Norwich fue establecida en 1745 y en 1746 Backus fue conducido por el Espíritu Santo a dedicarse al ministerio de la reconciliación (AH, 60).

1746 Llamado a predicar el evangelio, septiembre.

Backus escribió sobre su llamamiento inicial: (Véase) **

1746-47 Predicó el evangelio en varios pueblos de MA, RI y CT.
Predicó incansablemente, aunque las dificultades y los peligros no cesaban. Pero vio la bendición del Señor sobre su predicación. Al finalizar el año 1747 visitó por primera vez el lugar en el cual iba a pasar más de 50 años como pastor.

1748 Predicó regularmente en una congregación separatista (“New Lights”) en el distrito de Titicut de Bridgewater, MA. En febrero de ese mismo año les ayudó organizarse como iglesia con artículos de fe e impacto (16 miembros). El 31 de marzo había 34 miembros y unánimemente llamaron a Backus para ser su pastor.

1748 Ordenado como pastor, el 13 de abril (sin mucha ceremonia), a pesar de una prohibición de las autoridades locales.

Dice Backus, Cuando yo vine a este lugar no esperaba permanecer ni quince días, sin embargo, he estado aquí cada día de reposo durante cinco meses; he predicado ciento veinte sermones, una iglesia ha sido formada y me han ordenado como pastor; y hay razones para esperar que cerca de veinte almas se hayan convertido. (AH, 73).

Al finalizar ese año había en torno a 60 miembros.
Mantenía un diario, muy franco y variado.

1749 Predicó tanto en su propio entorno como en los alrededores.
En su iglesia había muchos convencidos de que solamente los regenerados debían tener privilegios en la iglesia (como los Bautistas).
Predicó un sermón de Romanos 6:4 a favor del bautismo por inmersión de los creyentes, pero poco después retrocedió (AH, 85ff).

Backus viajó a Norwich, y después de pasar algunas semanas predicando, visitando, y atendiendo a los asuntos seculares, regresó a su iglesia el 23 de septiembre. Mientras tanto, como él pensaba, se había establecido totalmente en su anterior opinión, de que sólo los creyentes y sus hijos tienen derecho al bautismo, y que en cuanto al modo, cada uno debe estar plenamente convencido en su propia mente y actuar en consecuencia. Su trato durante este viaje con los ministros separatistas pudo haber ayudado a tal conclusión. Sin embargo, estaba en ocasiones dolorosamente desconcertado en cuanto a fijar la línea más allá de lo que cada cual tenía derecho respecto al bautismo; porque sabía que Abraham circuncidó no sólo a los niños menores de edad, sino también a sus trescientos criados. A partir de esta dificultad, sin embargo, él se refugió en su ignorancia, confesando, como Pablo lo hace, que “ahora vemos por espejo, oscuramente”.

En una reunión de la iglesia, el martes, 26 de septiembre, hizo una confesión completa, y se retractó de las ideas expresadas en su sermón sobre el bautismo. Los que habían sido bautizados por inmersión se sintieron decepcionados y ofendidos al oír a su pastor retractarse; y el siguiente Día del Señor se reunieron aparte para el culto religioso.

… En la tarde del sábado (cristiano) siguiente, 08 de octubre, Backus habló sobre las palabras de David: “…Aquí estoy, haga de mí lo que bien le pareciere” (2Sa 15:26 R60), y luego habló de su dolor por predicar contra el bautismo infantil, llegando incluso a declarar que él estaba dispuesto a aventurarse en la eternidad en esa práctica; y procedió a bautizar a un hijo de la hermana de Richmond.”

Pero en ese caso también era culpable de imprudencia y después de este episodio, (en 1752) hizo esta nota: “Aunque pensé que esa manera era correcta, sin embargo, esas expresiones que hice públicamente, referidas a aventurarme en la eternidad en esa práctica, indicaron una mayor certeza de lo que realmente tenía en ese momento en mi propia alma, que a menudo me ha hecho llorar delante del Señor”.

Poco después de los acontecimientos que hemos citados, el Sr. Backus resolvió cerrar la investigación de este tema que estaba producíendo ansiedad, y tratar el bautismo infantil como una ordenanza del evangelio.

Pero este asunto acabaría de otro modo; y antes de que pasaran algunas semanas fue llevado a hacer un alto en su camino para responder a la siguiente pregunta: ¿En qué relación se encuentran respecto a la iglesia de Dios los que han sido bautizados y que todavía no son creyentes? La pregunta no fue propuesta por nadie, sino por el Espíritu de Dios, y no podía quitarla de su mente. Pero ahora se movía lentamente, y sólo después de dos años de espera dolorosa y a través del estudio pudo llegar a una conclusión satisfactoria.

1749 Se casó con Susanna Mason, el 29 de noviembre. (Le conoció por primera vez en enero de 1747 cuando predicó en Rehobot, MA; Se comprometieron en julio de 1749 y comunicaron su intención de casarse en septiembre).

1750 Continuó predicando, pero con luchas internas sobre el bautismo.

1751 Bautizado con 6 miembros de la iglesia, el 22 de agosto, por el anciano Benjamin Pierce, de Warwick, RI. (AH, 93)

Pero este acto no le trajo hasta el punto de tener reposo. Poco a poco, con la investigación cuidadosa, y obligado por la presión de la verdad, pudo llegar paso a paso a su posición final. En este tiempo no se consideró como un Bautista, ni deseó una conexión con esa denominación. Su objetivo era cumplir con el rebaño sobre el cual había sido colocado por el Espíritu Santo; y como varios de los miembros creían que la práctica del bautismo de niños era escritural, en el caso de ellos Backus propuso que el rito fuera administrado por pastores vecinos. De esta manera, le parecía posible que toda la iglesia permaneciera en paz y sin violencia respecto a las convicciones de cualquiera. (AH, 95ff)

Hubo problemas en la iglesia y fueron convocados concilios, pero no había paz.

1751 Carta de Backus a la iglesia sobre el bautismo (18 noviembre). (AH, 102-3)

1754 Siguió estudiando sobre el asunto del bautismo y las divisiones. En una carta a su madre, reflexiona sobre una gran reunión de iglesias separatistas (“New Lights”) donde podemos ver algunos de sus sentimientos (AH, 112).
” Stonington, a 01 de enero de 1754.

“Mi querida Madre: Sé que esperaba que fuese a Norwich ahora, pero creo que mis circunstancias no me lo permitirán. Dejé bien a mi familia el lunes por la mañana… Ahora, en cuanto a los asuntos de Sion, mi corazón está muy triste y agobiado… Ay, ¡cual será el fin de estas cosas! Las operaciones de esta triste reunión a menudo me han hecho pensar en una observación del señor Flavel referente a divisiones y disputas que ocurrieron en su día sobre los mismos puntos. Dice que llegaron a tal extremo que parecía como si una de las partes podría devorar a la otra, y sin embargo Dios no permitió que fuera así, pero dejó al enemigo poner las manos sobre todos, y ahora, dice, tenemos una oportunidad de hacer amistad de nuevo en la cárcel. Dios sabe si tal vez no sea así ahora, si el arrepentimiento y la reforma no lo impiden; que nos lo conceda Dios en su infinita misericordia. No puedo abundar más ahora; pero concluyo con mi deber y con el amor a todos mis amigos. Amén.
Isaac Backus “.

Reunión de separatistas en septiembre.

Esa reunión parece haber sido la última reunión de las iglesias independientes como un cuerpo. Los bautistas fueron ampliamente representados y en general favorecieron la comunión abierta, mientras que los líderes que apoyaron el bautismo de los niños estaban ausentes y así dieron a entender que se inclinaban hacia una comunión restringida. (AH, 112-113).

1754-55 Backus examinó nuevamente los argumentos usados para apoyar la comunión abierta. “Y mientras él creía que los cristianos deben, en la medida de sus posibilidades, caminar unidos en la verdad divina, percibió que una regla no debería ser echada a un lado con el fin de unirse a otra. ‘El bautismo’, dice, ‘y la Cena del Señor parecen ser ordenanzas de Cristo de igual peso, y la una ha de ser colocada antes que la otra, y por lo tanto, después de muchos clamores por la dirección divina y después de mucha búsqueda de las Escrituras, fui obligado a ceder en que no debemos recibir a la mesa del Señor a los que no han sido bautizados según la regla del evangelio. Fui convencido de que habíamos impuesto a los cristianos nuestra regla en lugar de la Palabra de Dios; porque su Palabra requiere una confesión creíble de la fe salvadora para el bautismo, y si tomamos la Santa Cena con alguno que sólo fue rociado en la infancia, esto implica que tenemos comunión con personas no bautizadas, algo que los paidobautistas mismos no profesan hacer’.’’ (AH, 115-116)

1756 Pacto hecho entre 6 personas conforme a los principios bautistas. (AH, 117)

Carta a su madre, 26 de Enero.

“Hemos quedado tan fragmentados y divididos que hemos sido incapaces de actuar como un cuerpo por algún tiempo, aunque un mayor número de personas se han reunido últimamente para el culto público. Por medio de mucha experiencia y por una búsqueda más profunda de la Palabra de Dios, estoy convencido de que no es ni agradable ni conveniente para aquellos que difieren tanto acerca de la primera ordenanza del Evangelio (a saber, el bautismo), como lo hacemos nosotros, que edifiquemos juntos, o, en los casos ordinarios, que tratemos de continuar juntos en las ordenanzas especiales de la iglesia; sin embargo, al mismo tiempo, me gustaría trabajar sinceramente para mantener todo el amor cristiano y la libertad en las cosas en las cuales estamos de acuerdo. Después de varias conferencias voluntarias y viendo claramente nuestro camino, en una reunión hecha al propósito el 16 de enero, seis de nosotros, siendo de esta misma mente, firmamos solemnemente de nuevo un pacto entre nosotros, y como espero, con algo de verdadera libertad y con sentido de las cosas divinas. Y no puedo dejar de esperar que este pueblo todavía sea salvado felizmente. Es posible que esta noticia sea dolorosa a tu mente; algo, que por el tierno amor que hay entre nosotros, quisiera no hacer; sin embargo, estoy convencido de que eres sensible a la verdad de que cada uno debe vivir según la luz más clara que tenga, no importa si otros son de una mente diferente. Y, sin duda, en estas cosas podemos confiar en el texto, Filipenses 3:15, “y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios” (R60). Ahora, entregando nuestro caso en Sus manos, con deseos de ser recordado s por usted ante el Trono de la Gracia, se despide atentamente, con más amor del que puedo expresar,
I. Backus “. (AH, 117-118)

1756 Iglesia formada (6 miembros) 16 enero; 3 miembros más, 22 marzo; 1 más, aceptado como diácono y Backus llamado como pastor, 6 abril; Backus instalado como pastor, 23 junio. (AH, 119)

1756-1767 Durante el periodo de 11 años no hay tanta información como la que nos gustaría tener. Pero usando lo que ha llegado hasta nosotros, se ha calculado que, entre 1756 y 1767, Backus bautizó a 62 personas; predicó 2.412 sermones; viajó 14,691 millas (24.975 kms) más allá de su “iglesia”. (AH, 130)

Hay varias cartas a su madre que Hovey incluyó en la biografía (pág. 134-138). Hovey nos muestra como en ellas podemos ver a un hombre que pensaba en Dios: estricto en el examen de sí mismo, dado a la oración, y estudiante diligente de la Palabra de Dios.

Hay una carta que escribió en 1764 a Benjamin Wallin, un hombre que vivía en Londres. Esa carta contiene mucha información histórica importante sobre la vida en las colonias de Nueva Inglaterra, sobre el avivamiento, y sobre las divisiones entre el pueblo del Señor y de las persecuciones. (AH, 139-143).

1756 Publicación de “La diferencia entre la esclava y la libre” (AH, 144)

1763 Escribió sobre cómo la ignorancia espiritual actúa en contra del conocimiento doctrinal. (AH, 144ss)

1764 Una carta al pastor de la iglesia antigua establecida en el pueblo de Norwich, respondiendo a las acusaciones hechas en contra de los separatistas (AH, 146ss)

1765 Escogido como síndico del Colegio de Rhode Island (152) y en ese mismo año escribió una carta a Dr. John Gill, esperando que les ayudara a conseguir libros. Renunció como síndico en 1799 porque no pudo cumplir debidamente. (152-154)

1766 Publicación de un discurso sobre el deber de la oración en familia (149)

1767 Publicación de La Fe Verdadera Producirá Buenas Obras (150)

1767 Formación de la asociación de iglesias bautistas Warren (RI). Backus fue elegido como secretario (“clerk”) e hizo el informe de la primera reunión. (155) Al principio muchas iglesias procedieron con dudas, por temor de que la asociación pudiera interferir en las iglesias particulares. Pero poco a poco, una vez convencidas de que no habría tal interferencia, casi todas las de Nueva Inglaterra se unieron. Había una reunión anual, porque las iglesias estaban lejos unas de otras. (155-156)

Esfuerzos para que las iglesias tuvieran libertad.

El capítulo XII (157-172) da una historia de las leyes de la colonia de Massachusetts y muestra el poder y control de las iglesias establecidas y las restricciones aplicadas a cualquier disidente.

En 1636, Roger Williams, un anciano de la iglesia, fue desterrado por sus ideas “peligrosas”. Le dieron 6 semanas de plazo para salir. Con el tiempo logró conseguir una carta del rey de Inglaterra para establecer la colonia de Rhode Island en la cual había bastante libertad.

En el año siguiente, los jesuitas fueron desterrados y cualquiera que hubiera sido hallado una segunda vez con esas ideas se hubiera expuesto a la pena de muerte.
Cualquier persona excomulgada que no arreglase el asunto en el plazo de 6 meses sería expuesto a varias penas, como multas, cárcel, ser desterrado o algo peor.

Todos los habitantes tuvieron que aportar recursos a la iglesia establecida, sin tomar en consideración su relación con esa iglesia.

En 1644, cualquier persona opuesta al bautismo de bebés fue desterrada.

En 1646 impusieron una ley por la que cualquier persona que no asistiera a los cultos establecidos sin una razón válida, tendría que pagar 5 chelines de multa. Había otras multas y castigos en caso de que alguna persona se opusiera a la Palabra o al ministro.

Los “cuáqueros” no pudieron vivir en Massachusetts y algunos de los que rehusaron salir perdieron su vida (2 en 1659 y otros 2 en 1660). En 1661 el rey de Inglaterra prohibió tales castigos contra ellos.

En 1665 una iglesia bautista fue establecida en Boston y los bautistas sufrieron mucho durante varios años.

En 1728 hicieron unas leyes, supuestamente dando una exención a los bautistas (a los que siempre llamaron anabaptistas), pero los magistrados hicieron caso omiso de la ley (porque no había ningún delito por haber hecho caso omiso) o fueron exigentes en extremo demandando varias pruebas de que los bautistas realmente eran genuinos.

Backus vio a muchos sufrir. Su propia madre fue encarcelada una vez durante 13 días cuando ella estaba enferma.

En el capítulo XIII, Hovey continúa destacando los esfuerzos de Backus para obtener libertad religiosa. (173-187)

El diario de Backus que cubre este tiempo se perdió, pero hay mucha otra documentación que muestra la parte activa de Backus.

La Asociación Warren recibió muchos informes de opresión de las iglesias y los pastores tomaron medidas para presentar peticiones a las cortes de Massachusetts y Connecticut, presentando sus quejas.

En julio de 1770 solicitaron (por un anuncio) a los oprimidos que sometieran sus casos, bien documentados, a la asociación. En la reunión anual en septiembre, votaron unánimemente para buscar alivio, aun en Inglaterra si fuera necesario (aunque, en términos generales, los bautistas no quisieron tratar con Inglaterra).

Backus fue miembro de la comisión que estaba tratando con el asunto. A pesar de su distancia del centro de acción, fue uno de los miembros que mejor trabajaba.

El capítulo XIV (188-200) sigue la historia de Backus, pero enfocando su trabajo como el agente oficial de la asociación, porque el primer agente murió.

Capítulo XV (201-213) cuenta de la visita al congreso continental en Philadelphia, y como los de Massachusetts negaron sus reclamaciones y afirmaron que no iban a abandonar el que fuera una iglesia establecida por ley.

Capítulo XVI (214-231) Resultados de la visita a Philadelphia (calumnia). Massachusetts siguió postergando el asunto de conceder libertad de adoración.

Capítulo XVII (232-244), donde trata de la carta de derechos en Massachusetts y la falta de éxito en obtener la libertad.

Capítulo XVIII (245-264), Libertad al fin. En la nueva constitución había una provisión que los bautistas usaron para ganar en las cortes. El efecto fue saludable, pero hubo varios contratiempos antes de recibir verdadera libertad. En Massachusetts no hubo tal libertad hasta 1833, mucho después de la muerte de Backus.

Capítulo XIX (265-281) toma en cuenta las labores de Backus como pastor e historiador. Siempre trabajabando como pastor. Aun en los años peores hubo 2 o 3 bautismos. En 1780, durante la guerra, hubo un avivamiento, y durante ese tiempo Backus bautizó a 75 personas.

En el año 1780, Backus dice que viajó 1,918 millas y predicó 248 veces.

El año siguiente, viajó 1, 404 millas (3.260 kms) y predicó 250 veces.

En 1789 hizo un viaje al sur de los EEUU.

Muchos le buscaron para oír sus consejos. (274-275)

Capítulo XX (282-306) Cartas de varias personas.

Capítulos XXI (307-326) trata de su carácter.

Vivió con su esposa durante 50 años. Tuvo 9 hijos.

Fue diligente, sabio y ardientemente piadoso.

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