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Andrew Fuller

Las siguientes notas fueron tomadas de las memorias de Andrew Fuller, impresas (en inglés) con la colección de sus obras en el año 1831, 16 años después de su muerte. Fueron escritas por su hijo Andrew Gunton Fuller. Además, parte de lo que expongo hacia el final lo usé también en un escrito: Amigos de William (Guillermo) Carey.

Cualquier fama que el Sr Fuller tenga no se debe a los beneficios de pertenecer a una familia reconocida, con recursos abundantes o de una buena educación académica. Era hijo de agricultores que no eran de la iglesia anglicana. Su educación era rudimentaria en inglés, tal y como sus primeros manuscritos indican. (Nota de NDV: parece que había errores ortográficos en ellos.)

Nació el 6 de febrero de 1754 en un pueblo de Cambridgeshire, el lugar de sus familiares paternos. Había antepasados paternos y maternos que habían sufrido por la causa de Jesucristo. Entre los años 1660 y 1688, sus bisabuelos y tatarabuelos se congregaban en los bosques con 2 ministros expulsados de sus púlpitos por el rey Carlos II.

El padre de Andrew se llamaba Robert y su madre Philippa. Trabajaron en su finca y sirvieron al Señor en el contexto de una iglesia de “disidentes” escuchando la predicación de un ministro bautista durante muchos años, el pastor Eve. Tuvieron tres hijos varones, y el menor era Andrew. Sus hermanos mayores le sobrevivieron. Los tres sirvieron al Señor hasta su muerte.

En una nota añadida a las memorias, una persona hizo la observación de que Andrew era un hombre bastante grande, que participaba en la lucha libre sin miedo en su juventud. Tenía un aspecto físico imponente y casi severo.

Según los recuerdos de Andrew, la iglesia de sus padres es lo que se denominó luego como doctrina “híper-calvinista”, o “falso-calvinista”. El pastor no mandó a los oyentes a arrepentirse, no los invitó a venir a Jesús para ser salvos, sino que predicó sus sermones para consolar y animar a los escogidos que Dios había salvado. Andrew entendió que los escogidos serán salvos y los no escogidos condenados por sus pecados, pero no pensó que tenía el deber o la responsabilidad para creer, porque no podía hacerlo. Según su entendimiento, solamente podría desear ser uno de los escogidos y esperar a que Dios hiciera algo para que supiera que era de los escogidos. A la larga, el Señor usó a Fuller para que muchos ministros e iglesias fueran librados de esas ideas que carecen de apoyo bíblico. Fuller nunca dejó de creer en la elección incondicional o en las otras doctrinas de la gracia soberana de Dios, pero entendió que había otras enseñanzas bíblicas tan ciertas como las doctrinas de la gracia y que era necesaria enseñarlas. Pero antes de llegar a esa etapa en su entendimiento, Fuller tuvo que pasar por tiempos difíciles.

En las memorias, hay una narración de su conversión, y de los tiempos que vinieron después, basada en 2 cartas que contienen una gran cantidad de material. Hay muchas citas tomadas de ellas. Fuller dijo que no vio nada en la predicación de su iglesia que fuera para él, pero al leer y reflexionar, a veces se sintió compungido por sus pecados, como los pecados de mentir y maldecir.

Cuando tenía en torno a 14 años, comenzó a pensar más sobre el futuro. Años después entendió que Dios iba dándole luz. Por esa luz fue compungido por el pecado. Esa compunción no le gustó, porque quería disfrutar del pecado como otros muchachos, pero encontró que no podía. Por ejemplo, una vez estuvo con unos muchachos que cantaban canciones necias, y se sintió muy incómodo y por encima de todo, hubo unas palabras que vinieron a su mente, “¿Qué haces aquí, Elías?” Se fue, molesto con Dios porque no le permitió disfrutar de esa oportunidad.

A pesar de las quejas de Fuller sobre el ambiente hiper-calvinista de la iglesia de sus padres, podemos observar que, de una manera u otra, algunos libros llegaron a sus manos que no eran “hiper-calvinistas” y tuvo el interés de leerlos, cosa que era fruto de la misericordia de Dios. Leyó el libro de Bunyan sobre “Gracia abundante al primero de pecadores” y también el Progreso de Peregrino. Fue tocado por unos poemas evangélicos de Ralph Erskine. A veces se emocionó hasta llorar pensando en la doctrina de la salvación eterna, pero, su corazón no fue cambiado. También, sintió una atracción peculiar hacia la gente buena, especialmente hacia aquellos que le hablaron de la religión.

En algunas ocasiones, debido a sentir tanta convicción por sus pecados, interpretó esas convicciones como una evidencia de la salvación. También, en 2 ocasiones diferentes, unos versículos llegaron poderosamente a su mente: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia,” (Romanos 6:14) este fue uno y el otro fue: “Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí” (Isaías 44:22).

Entre los llamados cristianos con los que él tenía comunión estaban convencidos de que una experiencia como esa era una señal de la salvación, y por un tiempo se sintió en paz. [Como nota aparte, debemos recordar que la confesión de 1689 advierte de que una persona puede tener una seguridad de su salvación sin una revelación extraordinaria: capítulo 18, párrafo 3.]

Pero Fuller se dio cuenta de que su corazón no había cambiado, y que era un adicto al mal y cada vez más. También tenía malas compañías que le instigaban en su carrera hacia la muerte. Su corazón iba endureciéndose. Sin embargo, en medio de su “progreso” en la maldad, fue compungido nuevamente en el otoño de 1769 (cuando tenía 15 años de edad), y en esa ocasión el Señor triunfó en él, y fue convertido de verdad.

No fue convertido al instante, sino después de una lucha. Por la noche se acostó en pecado, pero por la mañana se sintió muy mal y tomó la determinación de no volver a pecar. Violó sus compromisos por la noche, y los hizo de nuevo por la mañana, hasta que un día la carga de su culpa fue tan grave que casi se desesperó. Vio su culpa, su flaqueza e incapacidad; vio que Dios sería justo en condenarle. Entendió que la obra de Jesús era perfecta y suficiente, que nada más valía para la salvación de un pecador, y estaba contento con eso. Pero, no se atrevió a pedir perdón, debido a todo el mal que había hecho. En su desesperación consideró la posibilidad de aceptar la condenación y vivir entregado al deseo de la carne, pero luego pensó que en realidad no quería vivir sin Jesús, no quería ir al infierno. No sabía qué hacer. Las palabras de Job vinieron a su mente: He aquí, aunque él me matare, en él esperaré (Job 13:15), y las repitió una y otra vez, y de una manera misteriosa la paz de Dios llegó. No estaba pensando en lo que estaba haciendo. Se sintió como la reina Esther, que estaba violando la ley con su atrevimiento, pero estaba dispuesto como ella a buscar misericordia con esa actitud: “…entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca” (Esther 4:16). En aquel tiempo Fuller no había aprendido que la Palabra de Dios permite a los pecadores venir así. Por la gracia de Dios vino; atraído por una visión espiritual de la hermosura y gloria de Cristo, fue perdonado y tuvo paz con Dios.

De ahí en adelante Fuller sabía que todo era nuevo: sus deseos fueron nuevos y odiaba el mal que había hecho antes con tanto placer. Dios le había hecho una nueva criatura. Todo su testimonio de esa lucha y el fin glorioso al que llegó es conmovedor. Fuller se dio cuenta de que pertenecía a Dios; se dio cuenta de lo que es el amor a los hermanos. Dice que antes respetaba a algunos santos, pero después hubo una atracción mayor y un deseo sincero de tener comunión con ellos.

Pasó por tentaciones, especialmente el deseo de participar en juegos con otros jóvenes, porque tenía 16 años y estaba lleno de vida y antes había tenido algún renombre entre ellos, pero mediante la comunión con amigos cristianos y su determinación de ir y buscar comunión con cristianos serios, pudo evitar la tentación.

En marzo de 1770 asistió al el bautismo de dos jóvenes, lo cual le conmovió. Fue persuadido de que esa inmersión en agua de un creyente era bíblica y un deber. Al cabo de aproximadamente un mes después Fuller fue bautizado y se unió a la iglesia a la edad de 16 años.Poco después Dios probó su fe cuando unos jóvenes del lugar se mofaron de él porque había sido ‘sumergido’. Dios le dio la gracia de aceptar tal oposición y aun desear el bien eterno de los que le hicieron eso.”

Sus reflexiones sobre las pruebas y tentaciones que los cristianos enfrentan le llevó a considerar Proverbios 3:6, “Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas“. Esas palabras siempre tuvieron una gran influencia sobre su conducta, especialmente sobre sus decisiones y compromisos.

Fuller también reconoció la buena providencia de Dios en darle un amigo que amaba las Escrituras, un hombre mayor que él, pero que fue bautizado con él, llamado Joseph Diver. Unos meses después de su bautismo hubo problemas en la iglesia de Soham, a la que pertenecía. “La paz de la iglesia fue interrumpida porque Fuller criticó a un hermano que tenía problemas serios con el alcohol y se embriagaba. Ese hombre dijo que no tenía poder para corregir el problema. La iglesia disciplinó al borracho, pero se dividió sobre un asunto doctrinal al respecto provocando la salida del pastor en noviembre de 1771.

La mayoría de los miembros siguieron reuniéndose, pero sin pastor. El amigo de Fuller, Diver, fue reconocido como diácono y fue encargado de dirigir los servicios. En una ocasión, probablemente en 1772, Diver tuvo un accidente y no pudo llegar al culto. Envió un mensaje a Fuller, dándole a entender que debía dirigir la lectura y la enseñanza. De esa manera, cuando Fuller tenía como 17 o 18 años, predicó su primer sermón. Fue de bendición para la iglesia. Después de ese suceso, enseñó de vez en cuando. Había en él un deseo de servir. En 1774, debido a una petición especial, Fuller predicó en el funeral de una hermana que había muerto. Desde aquella ocasión la iglesia quiso que predicara, y en 1775, la iglesia bautista de Soham le pidió que fuera su pastor. A los 21 años de edad fue ordenado al ministerio.

Fuller siempre fue un hombre serio, temeroso de Dios. Estudiaba su Biblia cuidadosamente. No quiso enseñar nada falso. Podríamos decir que no quiso usar el Nombre de Dios en vano. Leyó los escritos de Bunyan, de Gill y de John Brine. Confesó que había recibido mucha buena enseñanza de la teología de Gill, pero vio que en algunas cosas había diferencias entre él y Bunyan.

El día de su ordenación, uno de los pastores que le impuso las manos, recomendó que leyera a Edwards sobre la voluntad. Fuller confundió el Edwards recomendado con otro y no descubrió su error hasta casi 2 años después.

Mientras tanto, Fuller predicó básicamente sin exhortar a los pecadores que se arrepintieran. O sea, seguía el modelo que había visto. Pero, Dios iba tratando con él y encontró unos escritos que enseñaban que los pecadores tienen el deber de arrepentirse y creer, y por tanto hay que predicarles estas cosas. Fuller no pudo contestar con sus argumentos bíblicos y vio que algo andaba mal en su entendimiento de la Biblia.

En el año 1776, Fuller conoció al pastor John Sutcliff de Olney, y luego al pastor John Ryland, hijo. Estos hombres habían leído los escritos de Jonathan Edwards y David Brainerd y otros. Ya tenían dudas sobre el sistema del calvinismo falso que prevalecía en muchas iglesias. Debido a su contacto con ellos (contacto muy limitado por la distancia), Fuller comenzó a estudiar más y escribió lo que aprendió en un manuscrito que a la larga fue publicado con el título: The Gospel worthy of all Acceptation; or the Obligations of Men cordially to believe whatever God makes known. (El evangelio digno de toda aceptación; o, las obligaciones de los hombres que aceptarán de buena voluntad todo lo que Dios da a conocer.)

“La liberación del hipercalvinismo (o del ‘calvinismo falso’ como Fuller lo llamó frecuentemente) y la aceptación del calvinismo evangélico, visto en la fe de hombres como Bunyan, Owen, Whitefield y muchísimos otros, trajo como consecuencia más proclamación del evangelio en los lugares de su ministerio y finalmente en la proclamación en otros lugares del mundo.

“Ninguno de estos hombres abandonó su fe de la gracia soberana de Dios, en lo que se llama las doctrinas de la gracia o el calvinismo. Nunca se avergonzaron de esas verdades y fueron grandes oponentes al arminianismo. A la vez, Fuller declaró su creencia en que había gente regenerada tanto entre los arminianos como entre los hipercalvinistas, porque, como él explicó, había hombres santos que tenían principios espirituales arraigados en su ser mientras que tenían a la vez opiniones flotando en sus cabezas que nunca afectaron a la práctica (Memoir, Pág. 16)” (de NDV, Amigos de Carey).

Fuller siguió estudiando cuidadosamente la Palabra de Dios y examinando cada tema.

El 23 de diciembre de 1776, Fuller se casó con Sarah Gardiner, un miembro de la iglesia de Soham. Para él, el matrimonio fue un evento importante. Asumió ese paso pensando en Proverbios 3:6, “Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas“. Esa mujer gozaba de la reputación de tener un espíritu manso y afable, pero sufrió mucho, porque dio a luz 11 veces y solo 3 de los bebés sobrevivieron. Andrew sufrió también, porque la amaba. Ella murió en 1792, 2 meses antes de la fundación de la Sociedad Misionera que envió a Carey a la India. (Fuller se casó de nuevo en el año 1794, con Ann Coles, quien murió 10 años después de Fuller.)

El cambio en su entendimiento sobre la responsabilidad humana y de cómo predicar el evangelio fue manifiesto en su predicación. Algunos no estaban de acuerdo. Además la iglesia no le sostenía bien económicamente y vivió en una situación de pobreza . Sin embargo, estaba convencido de que Dios le había puesto allí como pastor y no estaba dispuesto a dejar la iglesia para servir en otra ni abandonar el ministerio para trabajar en otra cosa.

En la segunda sección de las memorias, su hijo incluye muchas partes de su diario durante estos tiempos. Se queja de sí mismo, no de otros. Uno ve su compromiso con el Señor y con la iglesia.

En 1781, hubo una reunión de pastores. Todos los presentes (Booth, Evans, Gill, Guy, Hall, Hopper, Ryland senior, Ryland junior, and Sutcliffe,) aconsejaron a Fuller que fuera a Kettering porque esa iglesia no tenía pastor. Con todo, Fuller no estaba seguro de si debiera tomar ese paso. Después de muchas luchas, en octubre de 1782 Andrew Fuller se mudó a Kettering y el año siguiente, en octubre de 1783 fue ordenado como pastor. La iglesia de Soham escribió una carta de recomendación, una carta preciosa y conmovedora.

Fuller sirvió como pastor hasta su muerte en 1815. Su ministerio fue expositivo. Expuso muchos libros del Antiguo Testamento y también del Nuevo Testamento. Además de predicar y pastorear, mantuvo controversias por escrito. Después de su muerte juntaron sus publicaciones en una colección. La colección que tengo en inglés es de 3 tomos bastante extensa con una letra no muy grande. Hay defensas de la fe (por ejemplo, vs Sandeman) sermones, memorias de Samuel Pearce, cartas y por supuesto, el libro famoso sobre El evangelio digno de toda aceptación.

Pero, quizás la obra más duradera de Fuller es la que hizo, junto con otros colegas para la extensión del reino de Dios en el mundo, porque fue uno de los principales objetivos en lo que se llama el movimiento moderno de las misiones, que comenzó con el envío de William Carey a la India.

En el año 1791 hubo una reunión de los pastores de la Asociación. Sutcliff y Fuller habían sido seleccionados para predicar. Sutcliff predicó un sermón sobre “Celo s por el Señor” basado en 1 Reyes 19:14. Los que lo oyeron fueron tocados profundamente. El sermón fue publicado junto con el sermón que Fuller predicó en ese mismo día en la reunión. Fuller predicó sobre la “Influencia perniciosa de postergar”, basado en Hageo 1:2. Después de oír los mensajes y viendo la reacción de los pastores Carey los instó a que hicieran algo para llevar a cabo misiones entre los paganos. (Carey l mismo tenía deseos de servir, especialmente en Tahiti en el Mar Pacífico, habiendo leído tanto sobre esa isla en los escritos del Capitán Cook.) Todos sintieron su pequeñez, pobreza y limitaciones y Sutcliff dijo que era necesario tener cuidado y no apresurarse. Lo positivo que salió de la reunión fue el apoyo que dieron a Carey para que publicara la “Investigación…”

En mayo de 1792 en la reunión de la asociación Carey predicó su sermón famoso sobre Isaías 54:2-3 con el bosquejo simple de dos puntos: Espera grandes cosas y ensaya (o, esfuérzate para hacer) grandes cosas (en inglés: Expect great things; attempt great things). Los pastores fueron conmovidos. Sin embargo, estaban a punto de cerrar la reunión sin tomar ninguna decisión, cuando Carey le suplicó a Fuller que hiciera algo y Fuller persuadió al moderador para que todos consideraran el asunto de formar una sociedad para las misiones. Aprobaron que pudiera ser presentado un plan en la próxima reunión de octubre. Carey estaba seguro de que la sociedad sería formada y quiso ser el primer donante prometiendo dar a la sociedad lo que recibiera de la venta de su obra ya publicada: “Investigación…”.

En octubre de 1792 nació la “Sociedad de bautistas particulares para la propagación del evangelio entre los paganos” (inglés: Particular Baptist Society for the Propagation of the Gospel among the Heathen). Los “miembros” hicieron promesas de sus contribuciones y lo que recibieron ese día y las notas de las promesas de 13 hombres fueron colocadas en una caja de tabaco vacía que pertenecía a Fuller. La caja fue decorada con un dibujo de la conversión de Saulo de Tarso en la tapa.

El primer nombre en la lista de donantes es el de Ryland quien prometió 2 libras (esterlinas) y 2 chelines a la causa. El segundo nombre fue el del pastor Reynold Hogg por la misma cantidad; los nombres de Fuller y Sutcliff siguen con promesas de 1 libra y 1 chelín cada uno; y después hay 9 nombres más. Once de los 13 eran pastores. Sus iglesias no tenían grandes recursos económicos; los sueldos de los pastores eran bajos. Uno de los pastores presente en la formación de la sociedad fue Samuel Pearce, hombre piadoso, tremendo predicador, de buen nombre. Era pastor en la iglesia bautista de Birmingham, y esa iglesia pertenecía a otra sociedad. Estaba presente porque fue invitado por ellos para que predicara. Pearce también era de un solo corazón y una sola alma con Carey, Fuller, Ryland y Sutcliff. Al cabo de poco tiempo pudo traer un regalo de 70 libras de su iglesia para la obra misionera.

El comité ejecutivo de la Sociedad estaba formado por: Ryland, Carey, Fuller (secretario), Sutcliff y Hogg (tesorero). Luego Hogg tuvo que renunciar como tesorero porque no tenía tiempo, pero Fuller continuó como secretario hasta su muerte en 1815. Un amigo de Fuller le llamó un “mártir de la misión”. [De NDV Amigos…

(Estas notas están basadas en el libro One Heart and One Soul (Un corazón y una alma) escrito por Michael A. G. Haykin, y publicado por Evangelical Press, Durham, England, 1994)]

Fuller viajó mucho promoviendo las misiones. Escribió muchas cartas. Estuvo envuelto en todas las decisiones para enviar personas y equipo a la obra misionera.

¿Qué podemos aprender?
La bendición sobre los padres y los hogares fieles.
Dios es Soberano.
Pero, en su soberanía, levanta hogares fieles y actúa en esas familias.
¡Cuán grande es la misericordia y la gracia de Dios!
Salvó a Fuller en medio de un ambiente no muy evangélico.
Dios usa a los hermanos. En la vida de Fuller: Eve, Diver, Hall, Sutcliff, Ryland, etc.
Dios usa la literatura. Especialmente usó a Jonathan Edwards en la vida de Fuller y otros bautistas de Inglaterra.
Vemos la necesidad de la sana doctrina en su relación a la vida cristiana en todos sus aspectos, incluyendo las misiones.

Hoy día hay personas que estudian y escriben sobre Fuller y su doctrina. Desde que comencé este estudio he leído artículos sobre Fuller. Pero, no es tan importante que sepamos de él como siervo de Dios, como de la verdad que le conmovió.

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